Bloque 3. La diversidad climática. La Vegetación.
España posee una gran diversidad de tiempo
atmosférico y de climas. Este hecho es el resultado
de la combinación de un amplio número de factores y elementos climáticos. Situada en la zona térmica templada
(excepto el archipiélago canario), tiene unas condiciones climáticas
intermedias tanto pluviométricas como, sobre todo, térmicas. Sin embargo, su
situación y la variedad de sus condiciones geográficas la convierten en un
mosaico de influencias y de contrastes climáticos, lo que da lugar a la existencia
de una gran diversidad interna, que se manifiesta en la existencia de dominios
climáticos variados: lluviosos –como el atlántico y el de montaña–
, secos –como el mediterráneo– y semiáridos –como el del Sudeste y
el Canario–.
Los factores son las variables climáticas que ejercen una influencia permanente en el clima, modificando
las características de los elementos climáticos. Pueden
agruparse en dos grandes conjuntos: factores geográficos y factores
termodinámicos.
1. Los factores geográficos
Los
factores geográficos que inciden sobre los climas españoles son la latitud, la situación, la influencia del
mar y el relieve.
a) La latitud de España, en la zona templada del
hemisferio norte, determina la existencia de estaciones bien marcadas. En Canarias, por su latitud, los
contrastes entre estaciones son menos notorios.
b) La situación de la Península, entre dos grandes
masas de agua de características térmicas distintas (Océano Atlántico y Mediterráneo)
y entre dos continentes, la convierte en lugar de encrucijada de masas
de aire de características distintas. Las islas Canarias reciben también
influencias atmosféricas variadas debido a su insularidad y la presencia
cercana del África y su desierto del Sahara.
c) La influencia del mar es escasa en la Península , debido a su
gran anchura, a sus costas poco recortadas, y a la existencia de relieves
montañosos paralelos a la costa. En cambio, en ambos archipiélagos, el influjo
del mar es decisivo.
d)
El relieve
influye en el clima por su
disposición, por su altitud y por su orientación. Los sistemas montañosos actúan como murallas que hacen frenar las
borracas impidiendo precipitaciones más abundantes.
La
disposición
del relieve peninsular tiene variadas características:
·
Los
sistemas montañosos paralelos a la costa frenan la influencia del mar.
·
La
posición oeste-este de la mayoría de los relieves montañosos dificulta
la entrada de las masas de aire procedentes del norte o del sur. En cambio, favorece la entrada de las masas de aire
del oeste.
·
Las
cuencas encerradas por montañas, como las del Duero y el Ebro, tienen
precipitaciones escasas, pues las masas de aire descargan su humedad en los
sistemas montañosos que las bordean. También son frecuentes las nieblas
causadas por el estancamiento del aire.
La
orientación crea contrastes climáticos locales
entre las solanas y las umbrías, dependiendo de las horas de sol que reciban al
día.
Los
factores termodinámicos del clima son los responsables de la circulación atmosférica
o sucesión de masas de aire, que
determina los distintos tipos de tiempo atmosférico y de clima. Se dan en la
atmósfera y determina el tiempo atmosférico en la superficie de la Tierra.
La circulación atmosférica está regida:
·
en
altura por la corriente
en chorro o jet stream y
·
en
superficie, por los
centros de acción, las masas de aire (anticiclones y borrascas) y los frentes
2.1. La circulación en altura: la corriente
en chorro o jet stream
Se trata de una fuerte corriente de viento, de estructura tubular, que circula en dirección oeste-este entre los nueve
y los once kilómetros de altitud que se sitúa a diferente altura entre la tropopausa polar y la tropical. El chorro separa las bajas presiones existentes sobre el
polo en altura, que quedan a la izquierda de su trayectoria, de las altas presiones tropicales,
situadas a su derecha.
El
tiempo depende de las variaciones que experimenta la velocidad de la
corriente y de sus desplazamientos estacionales:
–
La velocidad de la corriente es variable. Cuando
disminuye, describe profundas ondulaciones: dorsales y vaguadas. La vaguada puede estrangularse
y llegar a desprenderse del chorro principal.
Si este embolsamiento de aire muy frío (gota fría) llega a España y coincide con una tierra
recalentada y un cierto grado de humedad por la borrasca mediterránea, ocasiona lluvias torrenciales.
Suelen ser frecuentes en las costas mediterráneas en otoño.
En verano se traslada hacia el norte y
suele incidir solo en la franja cantábrica peninsular.
2.2. La circulación en superficie: centros
de acción, masas de aire y frentes
La
circulación atmosférica en superficie está dirigida por los centros de acción, las masas de aire y los
frentes.
a)
Los centros de acción son áreas de altas y bajas presiones. La presión atmosférica es el
peso del aire sobre una unidad de superficie. Se mide en milibares (mb) con el barómetro y se representa mediante isobaras
o líneas que unen puntos con la misma presión. La presión normal es de 1013 Mb.
Así, tenemos las A (Altas presiones) y la
B (Bajas presiones):
·
Una alta presión
o anticiclón
es una zona de altas presiones (más de 1013-1016 mb) rodeada por otras de
presión más baja. Los vientos circulan a su alrededor en el sentido de
las agujas del reloj. Produce tiempo estable (nunca llueve).
El origen de los centros de acción puede ser
térmico o dinámico:
– Los centros de acción térmicos se forman por el enfriamiento o calentamiento del aire. El aire frío pesa
más, desciende y forma una alta presión.
El aire caliente pesa menos,
se eleva y forma una baja presión.
– Los centros de acción dinámicos se forman a partir de las crestas y vaguadas de
la corriente en chorro, que se reflejan en superficie: las crestas crean
anticiclones y las vaguadas generan borrascas.
Los principales centros de acción que dirigen la circulación sobre la Península son:
·
el anticiclón de las Azores, que en verano se desplaza hacia el
norte
·
los anticiclones polares atlánticos
·
el anticiclón escandinavo
·
la depresión de Islandia
·
la depresión del Golfo de Génova
·
la depresiones térmica del norte de África y
·
la depresión del interior peninsular formadas por el calentamiento del
suelo en verano.
Las masas de aire son porciones de aire con unas características
concretas de temperatura, humedad y presión: árticas (A) o polares (P) tropicales (T) dependiendo
de la latitud. Las tres, dependiendo de dónde se forman, pueden ser marítimas
húmedas (m) o continentales secas (c).
Los
frentes son
superficies que separan dos masas de
aire de características distintas. Por tanto, a ambos lados de un frente
se produce un cambio brusco de las propiedades del aire. En España, el
frente más importante es el polar
que provoca precipitaciones.
B los elementos del clima
Los elementos del clima son los
componentes observables y medibles
de la atmósfera y que forman parte en
todos los climas del planeta.
1. La
insolación y la nubosidad
·
La
insolación es la
cantidad de radiación solar recibida por la superficie terrestre. A más
insolación, la temperatura aumenta.
·
La nubosidad es el estado de la
atmósfera en el que el cielo aparece cubierto de nubes, en mayor o menor grado.
2. La temperatura del aire
La temperatura es el grado de calor del aire. Se
mide en grados centígrados (°C) con el termómetro.
En los mapas se representa mediante isotermas
o líneas que unen los puntos con igual temperatura. El aire cálido, pesa menos y asciende,
mientras que el frío, pesa más
y desciende.
En España, las temperaturas medias
presentan notables diferencias debido a la influencia de diversos factores.
Los principales son la latitud, la distancia al mar y la
altura. La amplitud térmica anual es la diferencia entre la
temperatura media del mes más cálido y la del mes más frío.
3. La
humedad del aire, la niebla y la calima
a) La
humedad del aire es la cantidad de
vapor de agua que contiene. Depende de la proximidad al mar y de la
temperatura, pues disminuye cuando aumenta la temperatura. Se mide en el tanto
% de vapor de agua que tenga el aire y se hace con un higrómetro.
a) La niebla es la suspensión de diminutas gotas
de agua en la capa inferior de la atmósfera que limitan la visibilidad a
menos de un kilómetro. Se produce cuando el aire de la capa inferior de la
atmósfera se enfría y se condensa por la humedad alta de ese aire en superficie.
Se producen por:
·
De
irradiación, por pérdida nocturna de calor del suelo,
propia del invierno.
·
De
advección, por la
llegada de masas de aire cálidas y
húmedas sobre un suelo frío, o por la llegada de masas de aire frías sobre
un suelo más cálido y muy húmedo, como el mar, un embalse o un río.
c) La
calima es una bruma seca que reduce la
visibilidad con gran cantidad de polvo muy fino en suspensión procedente
de África.
4. La
presión y el viento
a) La presión atmosférica es el peso del aire atmosférico
y depende de las características de las masas de aire que se sitúan sobre
España a lo largo del año. Se mide con el barómetro
en milibares. En la Península dominan en
invierno las altas presiones, en otoño y primavera las bajas, y en verano
nuevamente las altas. En Canarias predominan las altas
presiones.
b) Los vientos son movimientos horizontales del
aire con relación a la superficie terrestre. Se producen como consecuencia de
las diferencias de presión y van desde las altas a las bajas presiones.
En la Península, por su latitud, dominan los vientos de poniente, aunque
existen numerosos vientos locales
(cierzo, levante, tramontana, etc.). En Canarias domina el viento alisio del
NE. Se miden con una veleta,
su dirección y un anemómetro,
su velocidad en Km/h.
D. Dominios climáticos
españoles: Tipos de climas
5. Las precipitaciones
La
precipitación es el
agua que cae a la superficie terrestre procedente de las nubes, tanto en forma
líquida como sólida. Se mide con el pluviómetro
en milímetros (mm) o litros por metro cuadrado. En los mapas se representa
mediante isoyetas o líneas que unen
puntos de igual precipitación.
La
causa que origina las precipitaciones es
la elevación, enfriamiento y condensación del vapor de agua contenido en el
aire. Según la causa de la elevación del aire, la precipitación puede ser:
·
orográfica (debida al relieve) con el efecto
Foehn,
·
convectiva (por el calentamiento del suelo) con
la formación de tormentas o
·
de
frente (al entrar en contacto dos masas de
aire de características distintas) procedentes fundamentalmente del frente
polar atlántico.
6. La evaporación, la evapotranspiración y
la aridez
a) La evaporación es el
proceso por el cual el agua se transforma en vapor a temperatura
ambiente. La intensidad de la evaporación crece cuando aumenta la
temperatura.
b) La evapotranspiración es la
pérdida de humedad de la superficie terrestre debida a la insolación y a
la transpiración de las plantas y del suelo.
c) La
aridez es la insuficiencia de agua en el suelo y en la atmósfera. Se
produce cuando la precipitación es inferior a la evaporación
Para calcular la aridez existen diversos
índices:
- La aridez mensual
suele medirse con el índice de
Gaussen. Un mes es árido cuando 2T
°C ≥ P mm, es decir, cuando las medias de las temperaturas son el doble, de las medias de
las precipitaciones.
- La aridez general de
una zona puede calcularse con el índice
de De Martonne: (Índice termopluviométrico que se calcula dividiendo la precipitación media anual
(en mm.) entre la temperatura media
anual (en ºC) .P/ T + 10. Con
este índice tenemos la siguiente clasificación:
·
zona húmeda (índice superior
a 30);
·
semihúmeda (entre 30 y 20);
·
semiárida (entre 20 y 10);
·
esteparia (entre 10 y 5) y
·
desértica (entre 5 y 0).
1. El clima oceánico
– El área de clima oceánico ocupa el norte de la
Península: la cornisa cantábrica, País Vasco y Galicia. Cuanto más nos entremos hacia el interior peninsular, el
clima oceánico se va degradando, convirtiéndose en un clima más seco y con
temperaturas más extremas. Se podría decir que sería un clima de transición.
– Las
precipitaciones son
abundantes, regulares y suaves.
· El total anual supera los 800
mm aunque encontramos muchas zonas, sobre todo las más costeras, que superan
los 1200-1500 mm.
· Su distribución a lo largo del
año es bastante regular, no obstante, suele darse un máximo de precipitación en invierno,
debido a la mayor frecuencia de paso de estas borrascas, y un mínimo relativo en verano,
debido a la influencia del anticiclón de las Azores, desplazado al norte.
· La forma en la que caen las
precipitaciones es suave, lo que favorece su filtración en el suelo y evita así
la erosión y lixiviado del suelo.
– Las
temperaturas se caracterizan por una amplitud
térmica baja en la costa que va aumentando a en altitud y continentalidad. Las medias oscilan de entre los 6º en
invierno y los 18-20º en verano.
·
En
la costa, la amplitud
térmica es baja debido a la influencia del mar .El verano es fresco), y
el invierno es moderado
·
Hacia
el interior, la amplitud
térmica es moderada al disminuir la influencia marina. Debido a este
hecho, el invierno es frío (baja de 6º C).
2. El clima mediterráneo
–
El área de clima mediterráneo es la más extensa de
España. Comprende el territorio peninsular al sur de la zona de clima oceánico,
las islas Baleares, Ceuta y Melilla.
–
Las precipitaciones son escasas o moderadas,
irregulares y tormentosas.
·
El
total anual es inferior a 800mm, considerándose escasas por
debajo de 500mm.
·
Su
distribución es irregular. El verano es seco debido a la
influencia del anticiclón de las Azores.
·
El
máximo tiene lugar en otoño y en primavera.
·
La
forma en la que caen las precipitaciones es muchas veces como violentas
tormentas, que originan una fuerte erosión del suelo en las áreas
desprovistas de vegetación (gota fría).
·
Las
temperaturas varían
con la latitud y la distancia al mar.
Dentro
del clima mediterráneo se distinguen tres subtipos: marítimo, continentalizado
y seco.
Subtipos
El
clima mediterráneo marítimo
–
El área del clima mediterráneo marítimo comprende la
costa mediterránea peninsular (menos el SE), la costa suratlántica andaluza y
levantina, Cataluña, Baleares, Ceuta y Melilla.
–
Las precipitaciones son escasas o
moderadas, entre 800 y
300 mm al año. Su volumen es algo mayor en la costa suratlántica que en la
mediterránea.
·
En
la costa suratlántica, las precipitaciones son más abundantes, por la mayor
influencia de las borrascas atlánticas.
·
En
la costa mediterránea las precipitaciones son menores. Su máximo principal es
en otoño, debido a las tormentas ocasionadas por el contraste entre las aguas
cálidas del Mediterráneo y la tierra. También pueden producirse por la llegada
de masas de aire del este procedentes del continente europeo, o por gotas frías
en altura.
– Las temperaturas se caracterizan por una amplitud
térmica moderada.
El verano es caluroso (en torno a 25º) y el invierno es suave (el mes más frío
no baja de 10°C).
El
clima mediterráneo continentalizado
–
El área del clima mediterráneo continentalizado
comprende el interior peninsular, menos la zona media del valle del Ebro.
–
Las precipitaciones son escasas o
moderadas, también
entre 800 y 300 mm anuales. Su volumen es algo mayor en el sector occidental
del interior peninsular.
·
En
el centro de las depresiones castellanas y del Ebro las precipitaciones son
menores, debido a su encajamiento entre montañas. Su máximo tiene lugar en las
estaciones equinocciales.
–
Las temperaturas se caracterizan por una amplitud
térmica alta debido al aislamiento de la influencia del mar. Las
variaciones térmicas permiten distinguir tres subtipos climáticos:
·
La
submeseta norte, y las tierras altas de Guadalajara, Teruel y Cuenca tienen verano fresco e invierno frío.
·
La
submeseta sur y los bordes del valle del Ebro tienen verano caluroso e invierno frío
·
Extremadura
y el interior andaluz
tienen verano muy caluroso e invierno moderado
El clima
mediterráneo seco, subdesértico o estepario
–
El área del clima mediterráneo seco, subdesértico o
estepario, comprende el SE peninsular y la zona media del valle del
Ebro.
–
Las precipitaciones son muy escasas, entre 300 y 150
mm, lo que le da carácter estepario.
·
En
el SE, la aridez obedece a que la zona se encuentra protegida de las borrascas
atlánticas por los relieves de las cordilleras Béticas. En el cabo de Gata se
llega al clima desértico (menos de 150 mm de precipitación anual).
·
En
la zona media del valle del Ebro, la aridez se debe al encajamiento entre
montañas.
–
Las temperaturas varían con la latitud y la distancia
al mar. En función de ambas se distinguen:
–
La estepa cálida de la costa del SE.
–
La estepa fría del interior del SE
(este de La Mancha y Albacete) y de la zona media del valle del Ebro,
con temperatura media anual inferior a 17 °C e inviernos moderados o
fríos.
3. Clima de montaña
Comprende los territorios
situados a más de 1000 m de altitud. A medida que se incrementa la altura,
aumentan las precipitaciones y disminuye n las temperaturas-
–
Las precipitaciones son abundantes, superan los 1000 mm a año
–
Las temperaturas presentan una media anual baja
Estas características varían
según la situación
– En
montañas de clima oceánico no hay mes seco y los veranos son frescos
– En
montañas de clima mediterráneo se reducen las precipitaciones y la
temperatura es más alta
4. El clima en Canarias.
Las
islas Canarias poseen un clima original debido a la influencia de diversos factores:
–
Su situación meridional próxima al trópico y a
las costas africanas, aporta influencias variadas. Dominan el anticiclón de las
Azores y el viento alisio del NE, que origina temperaturas suaves todo el año.
–
La corriente fría de Canarias, entre las islas y el continente
africano, enfría las aguas superficiales más de lo que le corresponde por su
latitud e incrementa la estabilidad del aire en verano.
–
El relieve hace disminuir la temperatura; y
provoca en las vertientes a barlovento del alisio, cuantiosas precipitaciones y
nubosidad abundante (mar de nubes).
2.
Características climáticas de Canarias.
La
influencia de estos factores da lugar a un tipo de clima caracterizado
por los rasgos siguientes:
a) En las zonas bajas, las
precipitaciones son muy escasas.
·
En las islas
occidentales se encuentran entre 300 y 150 mm al año (clima subdesértico o
estepario);
·
En las islas
orientales no alcanzan los 150 mm al año (clima desértico).
. Las temperaturas son cálidas todo el año,
la amplitud térmica es muy baja (inferior a 8 °C).
b) En las medianías y zonas altas, las
precipitaciones se incrementan y pueden alcanzar los 1 000 mm en las vertientes
a barlovento del alisio. En cambio, las temperaturas disminuyen.
LA VEGETACIÓN.
Factores que influyen en la vegetación
Los tres tipos básicos de vegetación son: bosque, matorral y prado,
es decir formaciones altas (bosque), medias (matorral) y bajas (prado).
Cuando la vegetación de una zona, resulta
exclusivamente de la incidencia de factores naturales, se denomina “clímax”, es decir, que
las especies vegetales no han sido introducidas por la mano del hombre. Cuando
el hombre introduce otras especies en el hábitat natural se denomina vegetación secundaria.
En España tenemos gran variedad de especies
vegetales, muchas son endemismos,
especies únicas exclusivas de una zona, que no pueden encontrarse en ningún
otro lugar del mundo.
Los factores que determinan que tipo de
vegetación hay en un territorio son los siguientes:
Físicos:
- Clima. Influye a
través de la luz solar, el viento, la temperatura y las precipitaciones.
- Relieve. Influye a
través de la altura y la orientación (solana-umbría, sotavento-barlovento).
- Suelos. Influye
mediante el tipo y composición de la roca. Cuanto más degradado sea un
suelo, menos vegetación tendrá y viceversa.
Humanos:
- Introducción de
especies, denominada vegetación secundaria. Son plantadas por
intereses económicos para la agricultura, la ganadería y la silvicultura.
- Regeneración o
degradación de la cubierta vegetal mediante las actividades antrópicas.
Paisajes vegetales de España
Los paisajes vegetales se ven determinados
por las características climáticas de sus regiones, por lo que podemos afirmar
que ambos elementos, clima y vegetación, están muy unidos.
El paisaje vegetal de clima oceánico.
El
paisaje vegetal de clima oceánico corresponde a la región floral eurosiberiana. En España se encuentra dentro
de este ámbito norte de la Península
y algunos sectores de los Sistemas
Central e Ibérico. Sus formaciones vegetales características son: el bosque caducifolio, la landa y el prado.
Necesitan gran cantidad de precipitaciones durante todo el año.
1.
El bosque caducifolio
Está
constituido por árboles altos, con tronco recto y liso, y hoja grande que cae
en otoño. Posee
relativamente pocas especies que se reúnen formando grandes masas. En el sotobosque crecen helechos y musgos, en
un ambiente sombrío causado por las copas de los árboles que son altas y densas
que impiden entrar la luz del sol.
– El haya necesita
frío y humedad. Es un árbol que alcanza hasta 30 metros de alto, con
tronco grueso y liso y ramas de gran altura. Es una especie típica de montaña, que alcanza su óptimo entre los
1000-1700 metros. Se adapta a suelos
calizos y silíceos, aunque prefiere los calcáreos. Se aprovecha la madera y su
fruto, el hayuco, para el ganado. Su área principal está en la cordillera Cantábrica
y el Pirineo navarro. El límite por el sur es Sistema Central: Hayedo de
Montejo, en Madrid.
– El roble Es un árbol de 15 a
20 metros de altura, de tronco grueso y grandes ramas. Exige humedad y no soporta veranos calurosos, tiene menor tolerancia al frío y exige menos humedad que el haya, por lo
que se sitúa a alturas más bajas. Su crecimiento es lento. Su madera, dura, se
emplea para la construcción y para fabricar muebles y barcos. Las áreas más
extensas de roble se encuentran en Galicia y en la cordillera Cantábrica.
– El pino piñonero:
Prefiere los suelos silíceos, como los del Macizo Galaico. Tiene el tronco
recto, la copa ancha como una sombrilla, y piñas que proporcionan piñones
gruesos y comestibles. Esta especie ha
sido introducida en la actualidad por sus intereses económicos, son de
crecimiento rápido y proporcionan madera y resina. Han sido muy criticadas por
el empobrecimiento del suelo que provocan sus hojas y por la facilidad de arder
en caso de incendio.
– El Álamo o chopo son árboles de
gran altura, de crecimiento rápido y que crecen en las orillas de cauces y
ríos. Su madera es muy utilizada para la industria del papel. Suelen ser
utilizados como vegetación secundaria en áreas urbanas y jardines.
- El castaño es una formación vegetal secundaria que
ha ganado terreno a costa del roble. Otras especies secundarias son el fresno, el tilo, el olmo y el avellano.
En el
área correspondiente al clima oceánico de transición aparece el bosque marcescente de rebollo y quejigo, (variedad de roble), que
mantienen sus hojas secas hasta el nacimiento del nuevo brote.
Han
desaparecido extensas áreas de bosque
caducifolio por pérdida de los usos tradicionales de su madera la
sustitución de la leña por el gas y las quemas incontroladas para la
obtención de pastos.
En la
actualidad se han repoblado grandes extensiones con árboles de crecimiento
rápido y buen aprovechamiento económico, como el pino y el eucalipto pero que
acidifican y empobrecen del suelo.
2.
La landa y los prados
La landa es vegetación de matorral. Sus especies más abundantes son el brezo, el tojo
y la retama. La landa aparece como degradación del bosque caducifolio o como vegetación
supraforestal. Suele usarse para cama de
animales y luego como abono.
Los prados son
una vegetación herbácea que ocupa gran extensión de terreno en los paisajes
oceánicos.
El paisaje vegetal de clima mediterráneo.
Comprende
toda la Península, salvo el tercio norte. Sus formaciones vegetales se han adaptado a la sequía estival (xerófilas) mediante diversos sistemas: desarrollo de raíces muy extendidas y profundas
para captar el agua, hojas perennes y
esclerófilas (duras, pequeñas y coriáceas) para disminuir la transpiración y troncos gruesos para impedir la
evaporación.
1.
El bosque perennifolio
Está formado
por árboles de mediana altura, con
tronco no rectilíneo, grueso y rugoso. Sus ramas crean copas
globulares, cuya sombra mitiga la insolación y la evaporación. Posee un rico
sotobosque, con especies como el piorno y la retama. Las especies más características son:
–
La encina es el
árbol más característico y extendido en España. Es resistente a la sequía y se
adapta a todo tipo de suelos. Se usa la madera para la carpintería y como
combustible y la bellota, para alimentar al ganado.
–
El
alcornoque necesita inviernos
suaves, cierta humedad (superior a 500 mm al año) y suelos silíceos. Su madera,
muy dura, se aprovecha para la realización de toneles y barcos, y su corteza,
para la obtención de corcho. Se concentra Extremadura, el sur de Andalucía (de
Cádiz a Málaga) en el NE de Cataluña
–
El pino es una formación vegetal secundaria que
se adapta a condiciones climáticas extremas, así como a suelos diversos. Se ha
extendido por amplias zonas por su rápido crecimiento y el aprovechamiento
para la elaboración de muebles, el
aglomerado y la pasta de papel.
El bosque
perennifolio también ha reducido su extensión a lo largo del tiempo. Las causas
han sido la pérdida de muchos de sus usos tradicionales, su sustitución por
otras especies y el abandono por falta de medios y actividades agropecuarias.
En la
actualidad se intenta conservarlo mediante el sistema de la dehesa.
Consiste en aclarar el bosque de encina y alcornoque y combinar el
aprovechamiento de su fruto, de su leña y de su madera, con la agricultura, la caza y el pastoreo,
que rotan cada cierto número de años.
2.
El matorral: la maquia, la garriga y la estepa
El matorral
mediterráneo no es una formación clímax, sino el resultado de la degradación
del bosque por el ser humano. Presenta tres tipos característicos:
–
La maquia, muy densa y alta. Sus
especies son la jara, el brezo, el
lentisco y la retama.
–
La garriga matorrales de poca altura. Sus especies destacan el tomillo,
el romero y el espliego.
–
La estepa es propia de las zonas semiáridas del sureste peninsular y del valle
del Ebro donde la garriga ha sido degradada. Sus especies son el palmito, el espartal y el espárrago.
El paisaje vegetal de ribera
El bosque de ribera es una formación
vegetal arbórea dispuesta a lo largo
de los ríos, sobre un suelo impregnado de humedad, que condiciona las especies
que pueden vivir allí.
Estas se disponen en franjas
paralelas al río, más cercanas las que necesitan más agua. En España, las
especies más frecuentes son:
·
sauces, alisos y chopos que
necesitan estar en contacto directo con el agua. Se encuentran más cerca
del cauce del río.
·
álamos fresnos y olmos aguantan mejor
la falta de humedad por lo que es frecuente encontrarlos más alejados.
La mayoría de los paisajes
de ribera han desaparecido por la acción del hombre para ganar terreno
cultivable y urbanizar. Sin embargo su presencia es importante para frenar la
fuerza erosiva de los ríos y crear microclimas.
El paisaje vegetal de montaña
En
la montaña la vegetación se dispone en
pisos con formaciones vegetales distintas en función de la altura y de
la orientación (barlovento/sotavento, solana/umbría). En general se suceden el bosque, los matorrales y a partir de cierta altura, donde el frío impide el
crecimiento de los árboles, los
prados y las rocas desnudas.
Para hacer un análisis de este tipo de formaciones vegetales se utilizan las
cliseries, que son dibujos que representan las formaciones vegetales en pisos
distribuidos en altura.
a) La montaña
alpina o pirenaica, representada por los Pirineos, tiene cuatro pisos
vegetales:
- El
piso basal, hasta los 1
200 metros incluye encinas y robles.
- El piso
subalpino, entre los 1 200 y los 2 400 metros, reúne
coníferas naturales, como el abeto, el pino negro y el pino silvestre.
El abeto puede formar bosques mixtos con el haya.
- El piso alpino, entre los 2 400 y los 3
000 metros, es dominio del prado. Este tiene un periodo vegetativo
corto, ya que pasa siete u ocho meses cubiertos por la nieve. En estas alturas
abunda la roca desnuda.
- El
piso nival, se sitúa por
encima de los 3 000 metros. La nieve se mantiene todo el año y la vegetación es
inexistente. En los espacios de fuerte inclinación, sin nieve, crecen pequeñas plantas
rupícolas sobre la roca (líquenes y musgos).
b) El resto
de las montañas peninsulares carece de piso subalpino.
- El
piso basal está ocupado por el
bosque propio de su clima: en la zona atlántica, caducifolio; y en la
mediterránea, perennifolio en la parte baja y caducifolio o de pinares a mayor
altitud.
- El piso supraforestal incluye pequeños arbustos: en la zona
atlántica landa y en la zona mediterránea arbustos y matorrales espinosos.
- En la cima dominan los prados en la zona
atlántica, y el matorral en la mediterránea.
El paisaje vegetal de Canarias
La vegetación
de Canarias o macaronésica tiene una riqueza extraordinaria con muchísimos endemismo (solo se da allí la mayoría
de las especies). El paisaje se explica por la latitud, el carácter insular,
los suelos volcánicos y los vientos alisios (aire fresco y húmedo) que dan
lugar a una vegetación exuberante: bosque de laurisilva.
En las islas con relieve montañoso se suceden los
siguientes pisos vegetales:
- El piso basal, comprende
desde el nivel del mar hasta los 300-500 metros. Está marcado por la aridez,
por lo que predominan los matorrales ralos y ásperos, como el cardón (cactus de gran tamaño) y la tabaiba
(formaciones medias).
- El piso
intermedio se extiende entre los
200 y los 800 metros. Está condicionado por el descenso térmico y el aumento de
la humedad, que permiten el crecimiento de palmeras,
dragos y sabinas.
- El piso
termocanario se sitúa entre los 800 y los 1 200 metros. La
vegetación se adapta a las nieblas causadas por el alisio, al mayor
refrescamiento y a la menor insolación. Está constituida por dos originales
formaciones boscosas: el bosque de laurisilva, muy denso y compuesto por
más de 20 especies y el fayal-brezal, resultante de la degradación de la
laurisilva.
- El piso
canario, se extiende entre los 1 200 y los 2 200 metros.
Está dominado por el bosque de coníferas, cuya especie principal
es el pino canario que, al quedar fuera del mar de nubes, debe adaptarse a la
aridez y al frío. En las zonas más altas de este piso pueden hallarse otras
especies, como el cedro canario.
- El piso
supracanario, por encima de los 2 200 metros, solo está presente en
Tenerife y La Palma. Se caracteriza por una acusada desnudez, pero de gran
riqueza florística (violetas del Teide).
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