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lunes, 11 de diciembre de 2017

5.1. LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA: ANTECEDENTES Y CAUSAS. BANDOS EN CONFLICTO Y FASES DE LA GUERRA.

BLOQUE 5. La crisis del Antiguo Régimen (1788-1833): Liberalismo frente a Absolutismo.

5.1.            La Guerra de la Independencia: antecedentes y causas. Bandos en conflicto y fases de la guerra.

1. Antecedentes y causas de la guerra.
Las causas de la Guerra se producen dentro del proceso general de crisis del Antiguo Régimen, con el fin del reinado de Carlos IV, y el gobierno de Godoy.
Carlos IV (1788-1808) fue un monarca incapaz y falto de implicación en el gobierno e inteligencia, que dejó las tareas de Estado a su valido, Manuel Godoy. Su gobierno estuvo marcado desde el inicio por el estallido de la Revolución Francesa en 1789, rompiendo así, las tibias reformas ilustradas que empezaban a diseñarse al inicio de su reinado. El rey y su ministro Floridablanca, desde el momento en que se inició la revolución en Francia, intentaron evitar cualquier “contagio” revolucionario procedente del país vecino. Un férreo control en las aduanas y una estricta censura fueron los medios utilizados para aislar a nuestro país del tumulto francés.  Tras Floridablanca, vino un corto período de gobierno del conde de Aranda, antiguo ministro ilustrado de Carlos III. Después, Carlos IV tomó una decisión clave en su reinado, nombró ministro a Manuel Godoy en 1792. El valido fue quien tomó todas las decisiones importantes de Estado hasta su destitución en 1808, convirtiéndose el monarca en un rey poco proclive a los asuntos de gobierno.
Política exterior de Godoy.
Para entender bien los antecedentes de  la Guerra de Independencia debemos conocer previamente los antecedentes de la política exterior de Manuel Godoy.
La ejecución de Luis XVI en enero de 1793 provocó la ruptura de la tradicional alianza con Francia. España se unió a una coalición internacional y participó en la denominada Guerra de la Convención (por el gobierno revolucionario francés de la Convención). La derrota militar española fue rápida y concluyente. El fracaso bélico precipitó la firma de la Paz de Basilea (1795), por la que nuestro país aceptó la vuelta a la tradicional alianza con Francia contra Inglaterra. Esta alianza se selló en el Tratado de San Ildefonso, firmado en 1796.  Se iniciaba así una deriva diplomática en la que el ascenso al poder de Napoleón en 1799 y la debilidad del gobierno de Godoy llevó a España a una creciente dependencia de la política exterior francesa y, por consecuencia, al enfrentamiento con Inglaterra.
Las consecuencias pronto se hicieron notar: primero con una guerra con victoria sobre Portugal, fiel aliada de Inglaterra, en 1801 en la “Guerra de las Naranjas" (1801 donde España consigue Olivenza), y después con la catástrofe naval de la armada franco-española frente al almirante inglés Nelson en Trafalgar en 1805. Los ruinosos resultados de la alianza con Francia no impidieron que Godoy firmara con Napoleón el Tratado de Fontainebleau en 1807. Por este acuerdo se autorizaba la entrada y el establecimiento de tropas francesas en España con el propósito de invadir Portugal, que quedaba dividida en 3 partes, una de ellas sería otorgada al propio Godoy. Con este tratado, el futuro del valido y de Carlos IV quedaba sellado en manos de Napoleón.

A esas alturas la figura de Godoy era crecientemente criticada en los medios y clases influyentes del país. La  derrota naval de Trafalgar, que había desbaratado el poder marítimo español y la crisis económica concretada en el enorme déficit del Estado y en la drástica disminución del comercio con América, avivaron la oposición de la nobleza, desairada por el favor real a un "advenedizo" como Godoy (que no era de origen nobiliario), y del clero, asustado ante la tímida propuesta de desamortización de bienes  eclesiásticos propuestas por el valido para aliviar las deudas estatales.  Este descontento cristalizó en la formación de un grupo de oposición en torno al Príncipe de Asturias, el futuro Fernando VII (los fernandinos), que rápidamente se pusieron a conspirar para acabar con el gobierno de Godoy y del rey que le había nombrado.
El Fin de  Carlos IV y de Godoy: El Motín de Aranjuez.
 Tras el fracaso de la conspiración del Escorial en 1807, donde se descubre la conspiración del príncipe Fernando contra su padre, los acontecimientos en la Corte se precipitan. Godoy se da cuenta de las verdaderas intenciones de Napoleón de ocupar España y decide el traslado de la familia real a América, pero el 19 de marzo de 1808 estalla el motín de Aranjuez con el apoyo popular y organizado por los cortesanos partidarios de Fernando VII, apoyados por la nobleza, temerosa de perder sus privilegios ante la llegada de Napoleón, y el clero. Godoy es depuesto y, más tarde, Carlos IV abdica en su hijo Fernando VII. El nuevo rey hace su entrada en Madrid el 24 de marzo de 1808 cuando las tropas francesas ya están en la Península.
Con mucha habilidad, Napoleón consigue atraer a Bayona (Francia) a la familia real el 20 de abril y allí consigue que Fernando VII devuelva el trono a su padre Carlos IV y éste, renuncie al título. Posteriormente, Carlos IV abdicará a favor de José Bonaparte, hermano de Napoleón que, hasta entonces, había sido rey de Nápoles. A continuación, sanciona la Constitución de Bayona, elaborada por el propio Napoleón y se da orden de trasladar al resto de la familia real a Francia.
A estas causas políticas deberíamos añadir las causas sociales y económicas (un país con innumerables pobres, con campesinos sin tierras, artesanos sujetos a las estrecheces normativas gremiales y una burguesía poco activa a la hora de intervenir en la industrialización).

Cuando salen del Palacio Real los últimos miembros de la familia real, los madrileños se sublevan contra los franceses el 2 de mayo. La noticia recorre España produciéndose levantamientos en ciudades y pueblos. Es el inicio de la guerra.
Los Bandos.
Una pequeña parte de los españoles, los afrancesados (parte de los ilustrados, altos funcionarios, parte de la alta nobleza) apoyaron la monarquía napoleónica. Napoleón había convocado Cortes en Bayona (con una pequeña representación de algunas ciudades) para legitimar el nuevo régimen del rey José I (Pepe Botella) que aprobaron el Estatuto de Bayona (1809). Este Estatuto pretendía acabar con el Antiguo Régimen (desamortizaciones, desvinculación de mayorazgos y de las tierras de “manos muertas”, fin del régimen señorial, igualdad jurídica, ante los impuestos y el acceso a los cargos públicos. Abolición de la Inquisición e inicio de la reforma administrativa).
La mayoría de la población española tomó el frente patriótico, todos los que se oponían al invasor, desde la mayor parte del clero y la nobleza, que deseaba la vuelta de Fernando VII y el absolutismo, los ilustrados como Floridablanca y Jovellanos que deseaban su vuelta pero para impulsar un programa de reformas, junto a los sectores claramente liberales que querían un sistema liberal- parlamentario, una constitución, la soberanía nacional, la división de poderes. Inglaterra ayudará a España contra las tropas francesas.

FASES.
La guerra fue una lucha de la mayoría del pueblo español contra la mayor potencia militar de la época, el ejército francés. La mayor parte del ejército español quedó pronto desarticulado aunque tuvo, a lo largo del conflicto, victorias de enorme éxito. Podemos dividir la guerra en 3 fases:
1ª fase: Mayo-diciembre de 1808
En un primer momento los objetivos franceses eran dos:
1) Mantener un “corredor abierto” entre Madrid y la frontera por el que circular de manera fulgurante y precisa su ejército y 2) Llegar lo antes posible a Cádiz, pues la flota francesa estaba bloqueada por la inglesa mientras el ejército español abría fuego contra ella.
El pueblo va a reaccionar contra la ocupación francesa de manera increíble, destacando la victoria del General Castaños en Bailén (19 de Julio) y la resistencia de Zaragoza y Gerona frente a los asedios a los que las sometieron. Se consigue poner freno al avance de las fuerzas galas, dirigidas por el mariscal Junot se repliegan hacia el País Vasco, por lo que José I se ve obligado a abandonar Madrid.
 Ante la falta de autoridades reales en todas las provincias surgen Juntas Provinciales de Gobierno que asumen la soberanía del reino y constituyen en Madrid la Junta Central Suprema Gubernativa del Reino, presidida por el viejo Floridablanca. Estas juntas representaban el poder del rey y se enfrentan al ejército del emperador. En noviembre Napoleón cruza los Pirineos con unos 250.000 hombres, ocupa Vitoria, derrota al ejército español en Somosierra y el 4 de diciembre entra en Madrid. Mientras, el ejército inglés de Monroe es obligado a reembarcar en La Coruña.
2ª fase: diciembre 1808-  Julio 1812.
 Cuando en enero regresa a Francia comienza la segunda fase de la guerra con la ocupación sistemática del territorio español, a excepción de Cádiz, protegida por la armada británica. En este periodo de clara superioridad francesa tienen lugar dos hechos decisivos: la acción de las guerrillas como la del cura Merino, Espoz y Mina o el Empecinado (bandolerismo), y la llegada del ejército inglés de Wellington, que libera Portugal. En la primavera de 1812, la formación de la Grand Armeè contra Rusia, obliga a Napoleón a retirar parte de las tropas (300.000 hombres) que tiene en España.
3ª fase: Julio 1812- 1814.

Comienza así la tercera fase de la guerra. Wellington inicia una ofensiva general que recuperará Madrid el 13 de Agosto de 1812 y derrota a Marmont en Los Arapiles. El fracaso francés en Rusia, le impulsa a continuar y derrotar a José Bonaparte en Vitoria. Una nueva victoria en San Marcial, cerca de San Sebastián, pone fin a la guerra. Las últimas tropas francesas abandonan Cataluña el 4 de junio de 1814, cuando ya Napoleón, por el Tratado de Valençay (diciembre de 1813), había devuelto a Fernando VII el trono de España. Ambos países también acordarán devolverse las plazas y territorios ocupados durante la guerra, volviéndose a la situación inmediatamente anterior al inicio de las hostilidades.

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