11.1. La creación del
Estado franquista. Grupos ideológicos y apoyos sociales. Etapas de la dictadura
y principales características de cada una de ellas. El contexto internacional:
del aislamiento al reconocimiento exterior.
Definición
y configuración del Régimen.
El franquismo fue un sistema
político, social e ideológico que organizó España ente 1939 y 1975 fundamentado en la figura del general Francisco Franco. El franquismo
construirá a lo largo de sus años de vigencia, un sistema totalitario, que se irá adaptando a las distintas coyunturas
internacionales y cuya única forma institucional inamovible será
la del propio dictador.
La
creación del Estado franquista, grupos ideológicos y apoyos sociales.
Las características de régimen franquista fueron las siguientes:
1)
Fundamentos ideológicos.
El poder dictatorial, personal y vitalicio
de Francisco Franco como Jefe del Estado, Presidente del Gobierno, líder del
partido único y generalísimo de los ejércitos. Fue el eje del
régimen político surgido tras la Guerra Civil española, con estas
características:
▪ Disciplina y jerarquía militar extendida a
todos los ámbitos sociales.
▪ Conservadurismo antidemócrata. Franco siempre
receló del sistema parlamentario y democrático, al catalogarlo de débil y
propenso a la entrada de las fuerzas de izquierda en los gobiernos.
▪ Providencialismo católico que le llevó a
la idea de ser el salvador de la patria amenazada por los liberales, los masones, los anarquistas,
los judíos, los socialistas y los comunistas.
▪ Concepción histórica de España como
nación imperialista, basada en la unidad territorial y en el pasado glorioso del país. El
tradicionalismo histórico como espejo del régimen: reconquista, imperio,
símbolos tomados del pasado glorioso: el águila imperial, el yugo y las
flechas.
▪ Concentración de todo el poder político en manos de
Franco convirtiendo la Jefatura del Estado en el sostén de todos
los poderes de país.
▪ El nacionalsindicalismo
como soporte ideológico inspirado en la doctrina falangista (nación y
catolicismo). A esto se unió el anticomunismo
(que le favoreció durante el desarrollo de la Guerra fría), el antiparlamentarismo, el antiliberalismo y algunos rasgos fascistas como
símbolos, uniformes, saludos y la existencia de organizaciones paralelas como la Sección Femenina ,
el Frente de Juventudes o la Organización Juvenil Española (OJE).
▪ La moral y la
religión católicas como legitimadoras de la dictadura
franquista.
▪ La defensa de
la unidad de la Patria ,
inspirada en lo castellano. Esta concepción atacará a las demás lenguas y
culturas españolas, dotándolas con el tiempo de una justificación para su
radicalización y fuerte oposición.
▪ El predominio de lo
militar en la sociedad. Militarismo. Los
militares, policías y guardias civiles se convierten en elementos y pilares del
orden y del régimen.
2) Apoyos
sociales.
En primer lugar, la oligarquía terrateniente y
financiera, los grandes beneficiados del régimen, así como
las clases medias rurales de Castilla y del norte
peninsular profundamente católicas, representantes del orden y el respecto a los
valores tradicionales de España. Ni la clase obrera ni las clases medias
urbanas se identificaron nunca con la dictadura, aunque el temor a la represión
supuso la carencia de una oposición visible.
En
segundo lugar, el Ejército constituyó
el apoyo más decidido y permanente del régimen franquista, llegando a ocupar
altos cargos administrativos. A estos habría que añadir a la policía nacional y a la guardia civil.
En
tercer lugar, la Iglesia,
encargada de legitimar el régimen ante la opinión católica internacional. A
cambio, sobre todo después de la firma del Concordato con la Santa Sede en 1953,
obtuvo importantes concesiones como la
educación o la presencia del estamento eclesiástico en las altas instituciones
del régimen. Sin embargo, el apoyo de la Iglesia no fue monolítico.
Hubo serias discrepancias con el
catolicismo catalán y vasco y, a partir del Concilio Vaticano II,
una parte de la jerarquía eclesiástica y del clero comenzó a distanciarse
progresivamente de Franco.
En
cuarto lugar, la Falange, pilar ideológico del
régimen junto al carlismo. Muy activa durante los primeros años del
régimen se encargó de actividades de propaganda y adoctrinamiento de la población.
A partir de 1958 se impuso la denominación “Movimiento
Nacional” que desplazó al anterior de “FET y de las JONS”.
Todos ellos contribuyeron a la desmovilización política de la sociedad
española que quedó anulada de cualquier voluntad política o espíritu crítico
hasta la formación de las siguientes generaciones (a partir de mediados de los
50).
3) Etapas
políticas institucionalización del régimen. El contexto internacional, del
aislamiento al reconocimiento internacional.
La dictadura franquista pasó por tres fases políticas
relacionadas con su proceso de institucionalización y las circunstancias
internacionales: fase totalitaria (39-59),
fase tecnocrática (59-69) y fase de descomposición
(69-75).
1.
Fase
totalitaria (39-59)
Se caracterizó por el retroceso
económico, la involución ideológica
y la dureza de la represión.
Durante la primera etapa del franquismo
(1939-1945).
Entre 1938-42 la figura más
relevante del Régimen fue Serrano Súñer,
ministro de Gobernación del primer Gobierno franquista encargado de diseñar un Estado con tintes
nacionalsindicalistas. La evolución política del régimen estuvo condicionada por la Segunda Guerra Mundial.
Pasando de una inicial neutralidad
a una no beligerancia como
consecuencia de las victorias iniciales del Eje. Su abierta simpatía por Alemania e Italia le hizo
enviar la División Azul para combatir en el frente oriental contra la Unión Soviética
entre 1941 y 1945. Cuando comienza el declive del Eje, el franquismo vuelve a declararse neutral,
intentando acercarse a los que serían vencedores mediante una serie de leyes
que pretendían mostrar una imagen más representativa. En 1942 se
promulga la Ley
Constitutiva de las Cortes, que establecía la formación de
Cortes (se reunirían por primera vez el 17 de marzo de 1943) elegidas en parte
por Franco y su función era refrendar
las propuestas legislativas del dictador.
En
1945, el Fuero de
los Españoles, una teórica declaración de derechos y deberes
basados en la moral católica tradicional. El mismo año se promulga la Ley de Referéndum nacional,
que reconocía el derecho a voto de los españoles para consultas sobre asuntos
del Estado.
Al término de la Segunda Guerra
Mundial (1946-1950).
La dictadura franquista queda aislada internacionalmente, tanto
diplomática (se marchan los embajadores extranjeros excepto el argentino y
España no es admitida en la recién creada ONU en 1946), como económicamente
(Francia cierra las fronteras). Para atajar este grave problema, Franco tomó
algunas medidas para intentar borrar
la imagen fascista: suprimió el saludo con el brazo en alto y promulgó
la Ley de
Sucesión de
1947, por la que España se convertía en reino, pero
declaraba a Franco Jefe del Estado a
perpetuidad y quedaba para
designar sucesor a título de rey. Se creaban dos nuevas instituciones
que debían regular la transición: El “Consejo de Regencia” y el “Consejo del
Reino”. En 1948 consiguió que el nieto de Alfonso XIII, el futuro príncipe Juan Carlos, se educara en
España bajo su tutela.
La década de los 50.
El comienzo de la Guerra Fría
entre Estados Unidos y la
Unión Soviética dio un valor político importante al anticomunismo del régimen franquista,
siendo la posición estratégica de España de alto interés militar. En 1949, la
banca estadounidense concedió a España un importante préstamo y en 1950 la ONU anuló el aislamiento
diplomático, regresando los embajadores extranjeros. En 1952, España era
admitida en la UNESCO
y en 1953 Estados Unidos firmaba con el gobierno español el Pacto de Madrid, por el que se creaban
bases militares estadounidenses en España a cambio de ayuda militar y
económica. Ese mismo año, El Vaticano
firmó con el régimen franquista un
Concordato. Finalmente, en 1955, España era admitida en la
ONU, con lo que se rompía definitivamente el aislamiento
internacional.
2. Fase tecnocrática (59-69)
Tras la crisis económica, Franco incorporó al gobierno a un grupo de expertos en economía en 1957,
los tecnócratas vinculados al Opus Dei, liderados por
López Rodó. En 1958 se promulgaba la Ley Fundamental de Principios
del Movimiento Nacional, que mantenía la vigencia de algunos
principios falangistas. El acontecimiento que marcó de manera más clara el
fin del aislamiento fue la visita oficial a España del presidente de EEUU, Eisenhower, en 1959, que supuso
el afianzamiento definitivo del poder de Franco a nivel exterior.
En esta etapa, se experimentó una modernización,
aunque no hubo cambios en el sistema
político, a pesar de leyes como la Ley
de Prensa (66), propiciada por Manuel Fraga, que suprimía la censura
previa y establecía una tímida libertad de expresión, la Ley de Libertad Religiosa (67), que toleraba el culto
privado y público de otras religiones, aunque el Estado seguía siendo católico
o la Ley Orgánica del Estado
(66) una especie de constitución que aseguraba la pervivencia del régimen
después de la muerte del dictador en la que se mantenía la forma del Estado
como reino y la fidelidad a los principios fundamentales del Movimiento y la ley de Bases de la Seguridad Social
de 1963 por la que el Estado asumía una serie de prestaciones y facilitaría
diversos tipos de asistencia (atención médica, pensiones, subsidios, etc.) a
los trabajares inscritos en la Seguridad Social.
España se integró en el Fondo
Monetario Internacional, el Banco Mundial y la OCDE, y firmó acuerdos
comerciales y políticos con Alemania y Francia. Las relaciones internacionales
se fueron normalizando. En 1962, el
Gobierno solicitó a la CEE la solicitud para su incorporación, que siempre
fue denegada por el carácter antidemocrático del franquismo.
3. Fase de descomposición (69-75)
A partir de 1969, el régimen entra en crisis,
porque Franco, anciano y enfermo ya, no tiene capacidad para controlar la
situación y a los enfrentamientos entre las distintas familias franquistas se
une la organización de la oposición.
La etapa se inicia en 1969
con el nombramiento de Juan Carlos de Borbón como
sucesor a título de rey, si
bien la nueva monarquía debía de apoyarse en los
principios fundamentales del régimen y con escándalo político y financiero originado en
1969 por el caso Matesa
(una empresa de exportación que había estafado miles de millones de pesetas al
Estado con el apoyo de altos cargos), Franco hizo una completa remodelación del
gobierno, colocando a Carrero Blanco,
un franquista puro que defendía la continuidad del régimen después de la muerte
del dictador y único capaz de mantener la paz entre las distintas familias
políticas, al frente de un gobierno
monocolor formado exclusivamente por miembros del Opus Dei. Sus años de gobierno se
caracterizaron por el mantenimiento de una posición contradictoria entre la
reforma: la ley de Educación
de 1970 que establecía la enseñanza obligatoria y gratuita o la Ley Sindical de 1971 y la represión: las protestas
estudiantiles, obreras, los secuestros y atentados de ETA, la aparición del
grupo terrorista FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriota), etc.,
llevaron a la reforma, para endurecerla, de la Ley de Orden Público de
1959.
A principios de 1973, las
movilizaciones en la calle y el enfrentamiento entre aperturistas, que defendían una apertura política
desde arriba hacia posiciones más democráticas (Fraga, Pío Cabanillas) y los inmovilistas (llamados “el búnker”) como Girón, Solís o Blas
Piñar, que rechazaban cualquier reforma de las instituciones, debilitaban al
gobierno. Franco, que hasta entonces era
jefe de Estado y de Gobierno, cedió a Carrero Blanco la
jefatura del gobierno, pero su asesinato, el 20 de diciembre de 1973, víctima de un atentado de ETA, acabó con la
posibilidad de mantener el régimen más allá de Franco. Arias Navarro
es nombrado presidente de gobierno, pero el régimen ya agoniza como
resultado de la crisis económica, el incremento de la oposición y la división
dentro de los propios franquistas. El 20
de noviembre de 1975 Franco fallece.
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