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miércoles, 25 de abril de 2018
12.1 y 12.2, La España Democrática
12.1.
La Transición: alternativas
políticas tras la muerte de Franco. El papel del rey y el gobierno de Adolfo
Suárez. El restablecimiento de la democracia: las elecciones de junio de 1977.
La Constitución de 1978. El Estado de las Autonomías. El terrorismo durante la
Transición.
1.
alternativas políticas tras la muerte de Franco.
La Transición Democrática española es el
periodo histórico vivido en nuestro país en el cual, se dejó atrás la
dictadura franquista tras la muerte del dictador en 1975 y se pasó a un sistema político parlamentario
de una forma pacífica y consolidada. Duraría desde 1975
hasta el inicio del primer gobierno socialista en 1982.
En la escena política surgieron tres bloques: los franquistas continuistas, partidarios de
mantener la dictadura, la oposición democrática,
que buscaba la ruptura del régimen, y los reformistas del régimen,
que pretendían la concesión lenta de libertades. Finalmente, se logró un
acuerdo entre las principales fuerzas políticas, de un lado y de
otro, para realizar una transición pacífica hacia la democracia.
La aprobación de la Constitución de 1978 dotó a
España de un sistema democrático, que se consideró consolidado cuando, en 1982,
se pasó pacíficamente de un Gobierno de centro-derecha (UCD) a otro de
centro-izquierda, al ganar las elecciones el PSOE.
2. EL PAPEL DEL REY Y EL GOBIERNO DE ADOLFO SUÁREZ.
A) El
gobierno de Arias Navarro
Tras la muerte de Franco, Juan Carlos de Borbón fue proclamado rey.
Aunque el discurso de coronación del nuevo rey había creado algunas
expectativas de cambio, el primer Gobierno de la monarquía, presidido por Arias Navarro, siguió las pautas de la dictadura
de Franco, aunque don
Juan Carlos tuvo la habilidad de situar a, Torcuato
Fernández Miranda, al frente de las Cortes y del Consejo del Reino.
El Gobierno inició una tímida apertura, con la legalización de las
asociaciones políticas, que debían reunir algunos requisitos, como aceptar las
leyes franquistas.
Los principales partidos democráticos de izquierda reclamaban una ruptura
política con el régimen franquista. Estos partidos, que, inicialmente, no
aceptaban la monarquía, exigían la
libertad para los presos políticos; libertades políticas y sindicales, y
elecciones libres. En Cataluña y el País Vasco se pretendía el reconocimiento de los estatutos de
autonomía.
La
oposición democrática se había agrupado en dos
grupos, principalmente: la Junta Democrática,
impulsada por el PCE y liderada por Santiago Carrillo; y la Plataforma de Convergencia Democrática,
organizada alrededor del PSOE y
dirigida por Felipe González.
En marzo de 1976, se unieron en la Coordinación Democrática (“Platajunta”).
A principios de 1976 se produjeron
numerosas manifestaciones en demanda de libertad política y mejoras sociales, a
lo que el Gobierno respondió con mayor represión.
B) El gobierno de
Adolfo Suárez.
En julio de 1976, Arias Navarro presentó su dimisión. El Rey nombró
jefe de Gobierno a Adolfo Suárez. Su
elección fue recibida con reticencia por la opinión pública. Despertaba
desconfianza en la oposición, por su trayectoria política en la dictadura; y también
entre los franquistas radicales.
Suárez formó Gobierno con Torcuato Fernández Miranda y
nombró vicepresidente al general Gutiérrez Mellado.
El punto principal del programa del
nuevo Gobierno era preparar un
referéndum que aprobase una ley que permitiese reformar el sistema político heredado de la
dictadura. La Ley
de Reforma Política, que preveía la celebración de elecciones generales con sufragio
universal directo. Esta ley fue aprobada por las Cortes
franquistas. Después, se sometió a votación popular. A pesar de
la campaña de la oposición, que pedía la abstención, y de los franquistas, que
reclamaban el no, hubo una gran participación
(77%) y un número elevado de votos afirmativos
(94%).
La difícil situación española a
principios de 1977 amenazó la transición. Grupos extremistas iniciaron una
campaña de desestabilización. El asesinato por parte de la extrema derecha de cinco abogados vinculados a la izquierda (“la
matanza de Atocha”), produjo multitudinarias manifestaciones. Esos grupos de
ultraderecha, los Guerrilleros de Cristo Rey, atentaron también contra
librerías e instituciones sociales, de carácter democrático y autonomista.
En el otro extremo, tanto ETA (grupo terrorista independentista
vasco), como los GRAPO (Grupos
Revolucionarios Antifascistas Primero de Octubre) asesinaron a miembros de las
fuerzas de seguridad del Estado.
Los GRAPO además secuestraron al
presidente del Consejo de Estado y al presidente del Consejo Supremo de
Justicia Militar.
Pese a todo, el Gobierno toleró la
celebración de un Congreso del PSOE y legalizó UGT y CCOO; pero no se atrevía a
legalizar al PCE. Aunque al final, Suárez decidió hacerlo. Los
comunistas, por su parte, aceptaron la reforma política y la monarquía.
Pese a anteriores indultos
parciales, hasta octubre de 1977 no se
promulgó la amnistía definitiva de todos los presos políticos.
3. EL RESTABLECIMIENTO DE LA DEMOCRACIA: LAS
ELECCIONES DE JUNIO DE 1977. LA CONSTITUCIÓN DE 1978.
En
junio de 1977 se celebraron en España las primeras elecciones libres
desde 1936. Se habían creado dos
grandes coaliciones,
Suárez creó la UCD (Unión
de Centro Democrático), que incluía a democristianos,
socialdemócratas y evolucionistas del franquismo, y Fraga
había fundado AP (Alianza Popular), que incorporaba a numerosas personalidades franquistas. Ante estas
coaliciones, se situaban el PSOE, el PCE y una larga lista de grupos políticos,
más o menos minoritarios. Las elecciones de 1977 dieron el triunfo a los partidos moderados. Ganó la UCD
(centro-derecha), seguida del PSOE. Los nacionalistas obtuvieron buenos
resultados en el País Vasco y Cataluña.
La extrema derecha, representada por el partido Fuerza Nueva, cosechó un
rotundo fracaso.
La situación económica y social
española era delicada desde mediados de 1970. La crisis de las economías
occidentales de 1973 había producido el estancamiento económico y una alta
inflación. Era preciso reducir la conflictividad laboral y la inflación.
Los grupos políticos, los sindicatos, la patronal y el Gobierno firmaron, en
octubre de 1977, los
Pactos de la Moncloa, en los que acordando reducir la
conflictividad laboral, regular los aumentos salariales y realizar un plan de
ampliación de servicios sociales y una reforma fiscal. Los efectos
positivos, de este pacto fueron inmediatos.
En las Cortes se empezó a trabajar
en la redacción de la nueva Constitución,
en la que intervinieron representantes de los principales grupos del Congreso, desde la derecha procedente del
franquismo (Alianza Popular) a la izquierda comunista. El proyecto fue
redactado por una comisión integrada por 3
representantes de UCD (Miguel
Herrero, Jose P. Pérez Llorca, Gabriel Cisneros), uno del PSOE (Gregorio
Peces Barba), uno del PCE
(Jordi Solé Tura), uno de CiU (Miguel Roca) y uno
de AP (Manuel Fraga).
Tiene un carácter rígido que se adapta la España plurinacional. En octubre
de 1978, la propuesta de constitución fue respaldada por la mayoría de
los diputados y senadores. El 6 de diciembre de 1978,
se aprobó en referéndum popular. Ese mismo mes, el Rey juraba la Constitución en sesión conjunta del Congreso
de los Diputados y del Senado. Con ello se instauraba una monarquía parlamentaria con un sistema democrático.
La Constitución fue fruto del consenso general
y fruto de una enorme generosidad por parte de todos los grupos políticos. No
obstante, el PNV no la aceptó y propuso la abstención, y la izquierda
abertzale pidió el voto negativo.
En el Título primero se da una
amplia declaración de derechos y libertades individuales: abolición de la pena
de muerte, derecho a la integridad física, derecho a la seguridad, a la
educación, a la
Seguridad Social , libertad religiosa, de expresión, de
pensamiento, de reunión y manifestación y deber de mantener el Estado.
Se
crea la figura del Defensor del Pueblo.
Se
definía el sistema político como una
monarquía parlamentaria en la que el
rey, como Jefe del Estado, Arbitra entre las diferentes instituciones,
pero carece de poder ejecutivo. El cargo es vitalicio y hereditario. Sanciona
las leyes aprobadas en las Cortes y tiene el mando supremo de las Fuerzas
Armadas.
Se establece el
principio de la división de poderes:
▪ Legislativo en las Cortes: Congreso de Diputados y Senado
(bicameral), elegido por sufragio universal, directo y secreto, para un periodo
de 4 años.
▪ Ejecutivo en el gobierno, integrado por el Presidente,
elegido por el Congreso de Diputados, los vicepresidentes y los ministros.
▪ Judicial en jueces y magistrados, coordinados en última
instancia por el Tribunal Supremo.
Se crea el Tribunal Constitucional que
vigila el cumplimiento de la Carta Magna.
EL ESTADO DE LAS AUTONOMÍAS
Para la democratización definitiva
del nuevo Estado, era necesario resolver el problema de la organización
territorial. La exigencia social de autonomía era firme en Cataluña, País Vasco
y Galicia. Se descentraliza el Estado al contemplarse la posibilidad de que las
regiones y nacionalidades puedan optar por convertirse en comunidades
autónomas (Título VIII). Mediante este título quedo
regulada el acceso y configuración del Estado de las Comunidades Autónomas:
En la primera mitad de 1978, 13
decretos leyes establecieron el mapa autonómico, completado cuando Cantabria, La Rioja y Madrid
optaron por formar regiones propias (Navarra ya tenía autonomía previa)
En
octubre de 1979 fueron aprobados los estatutos
vasco y catalán. En las elecciones a los parlamentos autónomos
vencieron los partidos nacionalistas: Carlos Garaicoechea fue investido
Lehendakari en el País Vasco y Jordi Pujol, Presidente de la Generalitat en
Cataluña.
En
meses sucesivos se aprobaron el resto de estatutos de autonomía y se comenzaron
a elegir sus órganos de gobierno. La organización territorial autonómica supuso
el fin del centralismo histórico. La principal consecuencia fue la aparición de múltiples centros de poder,
pues la Constitución
propugna que España está integrada por diversas nacionalidades y regiones, con
capacidad para tomar decisiones políticas.
En
los respectivos estatutos de autonomía se especifica la organización de cada
una y se definen las instituciones de
autogobierno: Asamblea legislativa, Consejo de Gobierno, Presidencia
de la Comunidad
y Tribunal Superior de Justicia. También se regulan las materias y
competencias del gobierno central y autonómico, reservándose el primero los asuntos
internacionales, la defensa del territorio, el sistema fiscal y la ordenación
general de la economía. El resto de áreas competenciales, incluso la policía
(mossos d’esquadra y ertzaintza), recae en las comunidades autónomas. Las
autonomías disponen de sus propios recursos procedentes de los impuestos
cedidos por el Estado central. En la actualidad existen 17 autonomías y 2 ciudades autónomas. Para salvaguardar el
principio de solidaridad, la
Constitución establece un Fondo de Compensación económica destinado a corregir y
neutralizar las desigualdades regionales.
4. EL TERRORISMO DURANTE LA TRANSICIÓN
El período de la Transición se
caracterizó por la fragilidad de la reciente democracia, a causa de las
tensiones a que la sometieron los grupos terroristas, como ETA o el
GRAPO y los grupos de extrema derecha. La actividad terrorista
de ETA se había incrementado desde el inicio de la Transición, con el objetivo
de desestabilizar el nuevo régimen político. Como respuesta, surgió entre los
círculos policiales herederos del franquismo una forma de “guerra sucia” con
atentados contra dirigentes etarras exiliados, firmados por el llamado Batallón
Vasco Español. Además, grupos de extrema derecha
realizaban atentados contra entidades y personalidades democráticas. Ejemplos extremistas
fueron los asesinatos de los abogados comunistas en
Atocha en 1977 por parte de los militantes de extrema derecha y
la Operación Galaxia, en la que militares y
personalidades de esta ideología preparaban un golpe de Estado para instaurar
una dictadura militar, fue desarticulada en 1978.
12.2.
Las etapas políticas de la democracia.
Los gobiernos de la UCD. El golpe de Estado de 23 de febrero de 1981. La
alternancia política: gobiernos socialistas y gobiernos del Partido Popular
INTRODUCCIÓN
En
1982, el PSOE ganó las elecciones
al Parlamento por mayoría absoluta, e iniciaba una etapa de hegemonía socialista que duró hasta 1996.
El triunfo del PSOE en 1982 se puede considerar
el final definitivo de la Transición, al darse el paso pacífico de un
gobierno de centro-derecha (UCD) a otro
de izquierda moderada.
LOS
GOBIERNOS DE LA UCD. EL GOLPE DE ESTADO DE 23 DE FEBRERO DE 1891.
Aprobada
la Constitución, se convocaron elecciones
generales para marzo de 1979. Los resultados fueron similares a los de
1977, aunque la abstención ganó terreno.
El triunfo nuevamente de la UCD, dio lugar
al segundo gobierno de esta formación presidido otra vez por Adolfo Suárez.
La
normalización democrática se completó en 1979 con la convocatoria de elecciones
municipales. En estos comicios, los socialistas vencieron ampliamente en las
principales ciudades.
En
la economía, se realizó una reforma
de la Hacienda Pública. También se aprobaron leyes sobre el derecho a la educación, el divorcio o
el aborto terapéutico, leyes muy polémicas que provocaron críticas
dentro del propio partido en el Gobierno.
Adolfo
Suárez dimitió en enero de 1981; la división dentro de su grupo, la UCD; la caída de su prestigio, y la aparición de iniciativas de sublevación
entre los militares, puede explicar su decisión. Su dimisión fue
aprovechada por un grupo de militares para intentar otro golpe de Estado. El 23 de febrero de 1981, día en que se
votaba la investidura del nuevo presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo
Sotelo, un grupo de militares y miembros de la Guardia Civil
asaltó el Congreso liderados por el teniente coronel Antonio Tejero, y que
contó con el apoyo delos generales Milán
del Bosch y Alfonso Armada. En el final del golpe fue decisivo el papel de
Juan Carlos I, quien desautorizó el golpe y ordenó al
Ejército respetar el orden constitucional. El resultado fue la
rendición de los golpistas y la vuelta a la normalidad.
Poco
después, Leopoldo Calvo Sotelo era elegido presidente del Gobierno. Pero no
pudo evitar la descomposición progresiva del partido que le apoyaba, la UCD,
y su gestión fue muy discutida. En este periodo fue aprobado el ingreso de España en la OTAN en
1981.
Un
año y medio después de estos acontecimientos, se convocaron unas elecciones
generales que cambiaron el mapa político y significaron el inicio de un periodo
de hegemonía socialista.
LA
ALTERNANCIA POLÍTICA: GOBIERNOS SOCIALISTAS Y GOBIERNOS DEL PARTIDO POPULAR
· El
PSOE estuvo en el poder durante cuatro legislaturas, entre 1983 y 1996.
En
la primera legislatura (1983-1986). El PSOE ganó las elecciones por mayoría
absoluta. Felipe González fue nombrado presidente
del gobierno y estableció tres ejes de actuación:
a)
Plan de estabilización. Con el fin de
salir de la crisis económica, el gobierno aplicó un plan de ajuste, subida de
los tipos de interés, devaluación de la
moneda y reconversión industrial, que, en un principio, provocó el aumento del paro y la reducción de la
inversión. Sin embargo, a partir de 1985 la economía empezó a
recuperarse.
b)
Reformas políticas y sociales: Reforma de las Fuerzas Armadas. La ley de la Defensa Nacional
pretendió aumentar la operatividad del ejército y acabar con el golpismo.
Cierre
del mapa autonómico. Se aprobaron los últimos estatutos de autonomía, excepto
los de Ceuta y Melilla.
Reformas educativas. Se
aprobaron la LODE, que
ampliaba la enseñanza obligatoria hasta los 16 años, y la LRU (Ley de
Reforma Universitaria).
Reformas
sanitarias. La Ley General de Sanidad
estableció un sistema nacional de salud gratuito y de carácter universal.
Regulación
de la objeción de conciencia del
servicio militar.
Aprobación
de la ley de despenalización del
aborto etc…
c)
Actuaciones en política exterior: España firmó su ingreso en
la CEE en 1985 y se mantuvo en la estructura
política de la OTAN tras el referéndum de 1986.
El
PSOE volvió a tener mayoría absoluta en las elecciones de 1986, pero fue
perdiendo apoyo electoral. En las de 1989 obtuvo la mitad justa de los
escaños y necesitó de otras fuerzas políticas para poder gobernar. En las
de 1993 consiguió mayoría relativa y gobernó con el apoyo parlamentario del
nacionalismo moderado catalán (CiU) y, en menor medida, del vasco (PNV).
Esta
legislatura estuvo marcada por casos de corrupción que afectaron a la
credibilidad del PSOE, además se destapó el caso de la guerra sucia contra ETA
(caso GAL), en la que se vio implicado el
ministerio del Interior. La oposición y parte de la prensa pedían
incesantemente la dimisión de Felipe González. En 1995 CiU retiró su apoyo al
PSOE y Felipe González convocó elecciones anticipadas.
Los
Gobiernos del PP con José María Aznar (1996-2004).
En
1996 el PP gana las elecciones por mayoría simple, por lo que José María Aznar
tuvo que pactar con CiU y el PNV para ser investido presidente del Gobierno. El
giro conservador quedó confirmado con
las victorias del PP en las elecciones autonómicas y municipales.
En
esta primera legislatura del PP (1996-2000) se
llevó a cabo una política económica liberal (reducción del gasto público, privatización de empresas públicas y
reducción de impuestos). El resultado fue el crecimiento de la economía, la
creación de empleo, la disminución del déficit etc. España cumplió con las
condiciones de convergencia establecidas en Maastricht y entró en el euro.
Otras medidas de la primera legislatura de Aznar fueron la supresión del servicio
militar obligatorio y la profesionalización de las Fuerzas Armadas. En política
exterior, España reforzó sus relaciones con EE.UU.
En
el año 2000 el PP vuelve a ganar las elecciones, esta vez por
mayoría absoluta, lo que le permitió gobernar en solitario hasta el 2004. Antes de terminar el año, el PP Y EL PSOE
firmaron el Pacto Antiterrorista. La política de firmeza del Gobierno de Aznar,
compartida por los socialistas, puso entre las cuerdas al entramado etarra.
Durante
el cuatrienio, la economía se saldó con un balance muy positivo, dentro de un
ciclo general de expansión de la economía mundial. El deseo de favorecer la
modernización económica y recortar las tasas de desempleo llevaron al Ejecutivo
a preparar una profunda reforma del mercado laboral. El rechazo de CCOO y UGT
se plasmó en la huelga general de 20 de junio de 2002, que contó con el apoyo
del PSOE. Otros problemas que tuvo el Gobierno fue el hundimiento frente a
costas gallegas del petrolero
Prestige, que provocó una impresionante
marea negra, la oposición acusó al Gobierno de impericia y descoordinación.
Además, el posicionamiento de Aznar en favor de EEUU, en su largo conflicto con Irak fue muy
criticado por la oposición. Finalmente, la guerra estalló en marzo de 2003.
Confirmada su intención de retirarse al
concluir su segundo mandato, Aznar, eligió a Mariano Rajoy para dirigir el
Partido Popular, como secretario general y candidato a la presidencia de
Gobierno.
El año 2004 quedó
marcado en la historia de España por los trágicos atentados ocurridos en Madrid el 11 de marzo,
obra de un comando integrista islámico. El estallido de varias bombas colocadas
en los trenes de cercanías de Madrid, produjo 192 muertos y más de mil heridos,
y provocó una revolución en el panorama político español.
·
En las elecciones celebradas tres días más tarde, las urnas dieron como
ganador, con mayoría simple al PSOE, liderado por Rodríguez Zapatero, que modificó las políticas interior
y exterior del país.
Su
primera medida fue la retirada de las tropas de Irak, formó un gobierno
paritorio de hombres y mujeres, los socialistas impulsaron una ley contra la
violencia de género, aprobaron los matrimonios homosexuales, una nueva ley del
divorcio.
Fue
bastante criticado por el PP, su estrategia frente a ETA.
En
las elecciones de marzo de 2008, el PSOE volvió a ganar las elecciones. La
economía española a finales de ese año entraba en una recesión que se
prolongaría hasta el 2010, ante la prolongada crisis económica, surgió en mayo
de 2011 en toda España un movimiento popular, apartidista y pacífico, que se
expresaba mediante la ocupación de espacios públicos, acabó conociéndose como
los ¨indignados¨ del 15-M.
En
octubre Eta anunciaba el cese definitivo de ¨la lucha armada¨.
·
En las elecciones de noviembre de 2011
ganaba con mayoría absoluta el PP de Mariano Rajoy.
11.2 y 11.3 del Franquismo
11.2.
Política económica del franquismo: de la autarquía al desarrollismo.
Transformaciones sociales: causas y evolución.
1)
De la Autarquía
al desarrollismo.
La
larga posguerra y la autarquía (39-50)
Tras la Guerra
Civil el panorama económico español era desalentador. El régimen optó por la autarquía económica, es decir
por prescindir de las relaciones
económicas con el exterior y utilizar
exclusivamente los recursos propios del país buscando la autosuficiencia económica, tanto por razones ideológicas, siguiendo los
modelos fascistas y por razones
económicas y políticas, como por la ausencia de reservas de oro y la
imposibilidad de obtener créditos como consecuencia de la Segunda Guerra
Mundial y el aislamiento internacional.
El Estado puso en
marcha una política intervencionista que facilitó
el control de la economía por parte del
régimen que retrasó la recuperación económica:
·
Se
limitaron las importaciones lo que provocó una gran escasez de materias primas y de bienes de
consumo.
·
Se
fijaron los precios de los productos agrarios y
se centralizó la producción y comercialización de cereales a través del Servicio Nacional de Trigo que compraba
las cosechas para garantizar el abastecimiento.
·
Se creó el Instituto
Nacional de Industria (INI) en 1941 para impulsar la
industrialización mediante la creación de empresas públicas en los sectores básicos como astilleros,
siderurgia, electricidad, automoción, etc.: ENDESA, Iberia, SEAT, HUNOSA,
ENSIDESA, etc. A la vez, se multiplican los monopolios: RENFE, CAMPSA, Tabacalera Española, etc. Esta
política generará un importante gasto
público y la subida de los precios.
Las consecuencias
de esta política fueron: la carencia de alimentos y productos básicos, el
hambre y la miseria de la población. Ante la escasez de productos se impuso la cartilla de racionamiento
como medio de distribución de los artículos de primera necesidad hasta 1952.
Los productores tenían que vender toda la producción al Estado a un precio
fijado por éste y luego, el Estado los vendía a los consumidores a un precio
establecido. Pero los precios se
fijaron por debajo del valor real y muchos productores escondieron
parte de la producción para venderla en
el mercado negro, surge así “el estraperlo”,
un mercado en el que se vendían a un precio real (más alto) productos fuera del
control estatal (casi un 30% de la producción) y que fue el origen de
considerables fortunas.
El resultado fue el estancamiento económico,
el retraso industrial por
falta de materias primas, maquinaria y tecnología, el aumento de la inflación, el descenso de la rentar per cápita y la
forzosa emigración de las ciudades al campo en busca de alimentos
básicos. Las dificultades aumentaron a partir de 1945 cuando España quedó aislada internacionalmente
y la autarquía no era ya una opción política.
De
la década de los 50 al desarrollismo de los 60.
Este periodo trajo la consolidación y la forma definitiva del régimen. El
periodo empieza con el acceso al gobierno de varios ministros tecnócratas
del Opus Dei al gobierno en 1957. Esta incorporación fue la antesala de la reforma
económica de 1959 conocida con el nombre de Plan de Estabilización, que traería la liberalización de la
economía y el desarrollo de los sesenta.
El Plan de
Estabilización de 1959
Diseñado por Mariano Navarro Rubio y López Rodó que habían accedido al gobierno en 1957 y que, contaron con la colaboración de los economistas Juan Sardá y Enrique Fuentes Quintana. Este plan económico fue elaborado siguiendo las indicaciones del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Se trataba ante todo de liberalizar la economía, acabando con el período autárquico e intervencionista del Estado. Se recortó el gasto público y disminuyó el intervencionismo, a la vez que se abría la economía al exterior, devaluando la peseta subiendo los tipos de interés y liberalizando las inversiones extranjeras.
Diseñado por Mariano Navarro Rubio y López Rodó que habían accedido al gobierno en 1957 y que, contaron con la colaboración de los economistas Juan Sardá y Enrique Fuentes Quintana. Este plan económico fue elaborado siguiendo las indicaciones del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Se trataba ante todo de liberalizar la economía, acabando con el período autárquico e intervencionista del Estado. Se recortó el gasto público y disminuyó el intervencionismo, a la vez que se abría la economía al exterior, devaluando la peseta subiendo los tipos de interés y liberalizando las inversiones extranjeras.
Las consecuencias se apreciaron en poco tiempo. A partir de 1961,
tras reducirse el déficit del estado y recibir abundantes inversiones
del exterior, España inició un acelerado crecimiento económico.
El desarrollo económico de los años sesenta
El período 1959-1969 vino marcado por un rápido crecimiento industrial y del sector servicios. La apertura económica al exterior provocó un verdadero aluvión de inversiones extranjeras que llegaron atraídas por los bajos salarios. El desarrollo industrial desencadenó una intensa emigración de mano de obra campesina hacia las ciudades y hacia Europa. A la vez que la agricultura se modernizaba, amplias zonas del interior quedaban despobladas.
El período 1959-1969 vino marcado por un rápido crecimiento industrial y del sector servicios. La apertura económica al exterior provocó un verdadero aluvión de inversiones extranjeras que llegaron atraídas por los bajos salarios. El desarrollo industrial desencadenó una intensa emigración de mano de obra campesina hacia las ciudades y hacia Europa. A la vez que la agricultura se modernizaba, amplias zonas del interior quedaban despobladas.
En el terreno comercial, España alcanzó un superávit en su balanza de
pagos. El tradicional déficit de la balanza comercial se vio compensado
por los ingresos procedentes del espectacular desarrollo del turismo, las
inversiones extranjeras y las remesas enviadas por los emigrantes en
Europa. Para tratar de encauzar el crecimiento económico, el gobierno aprobó a partir de 1963 varios Planes de Desarrollo
basados en los incentivos fiscales y
en las ayudas estatales tuvieron un resultado bastante inferior al
previsto. La economía siguió creciendo, pero la planificación no funcionó. El
mejor ejemplo fue el creciente desequilibrio
entre las diferentes regiones del país.
En definitiva, el período 1961-1973 estuvo marcado por
un gran desarrollo económico, inserto en un marco general de expansión
europea y mundial. Ese contexto exterior favorable permitió abundantes
inversiones extranjeras, una masiva llegada de turistas y la eliminación
del paro mediante la emigración a Europa.
2) Los cambios sociales.
Durante
la primera etapa del franquismo hasta 1959.
La sociedad española sufrió un
giro hacia formas más conservadoras. En general, el franquismo supuso
la vuelta a los valores rurales y
tradicionalistas anteriores a la República, por ejemplo, para la mujer, el
retorno al sistema de valores tradicionales machistas y la pérdida de todos los derechos y avances conseguidos durante
la Segunda República. La mujer estaba sometida al hombre. La consideración del delito de adulterio, solo
para la mujer, fue la manifestación extrema del machismo de esa sociedad.
En la educación se prohibió la coeducación y se acostumbraba a la mujer, desde muy pequeña, a su papel clásico de ama
de casa y sumisa al hombre. La legislación laboral dificultaba el acceso de las
mujeres al mundo del trabajo. A esto hay que añadir que la Iglesia fomentaba
el rol femenino de madre,
viendo con malos ojos a aquellas mujeres que intentaban incorporarse al mundo
laboral y anteponían estos valores a los de ser madres.
El franquismo pretendió restablecer
la cultura católica y nacional tradicional frente a la presencia de la
liberal y progresista de la etapa anterior. La educación pasó a ser controlada por la Iglesia católica, después
que el profesorado liberal sufriera un proceso de depuración. Por otro lado, se produjo un aumento de la
población rural, sobre todo en la década de los 40, mientras que la natalidad
se redujo a niveles de la Guerra Civil.
Cambios sociales de los 60 e inicio de la
sociedad urbana.
Tras los
duros años de la posguerra, en los que la sociedad española había quedado
anclada a un tipo de sociedad arcaica, los años sesenta presenciaron un acelerado cambio social. Hay que
recordar, que la generación nacida en
los años de postguerra no luchó en el conflicto, con lo que, albergó, nuevas formas de pensar y nuevos
problemas.
Los
principales rasgos de la nueva sociedad española se resumen en:
Masiva emigración rural a las ciudades y a Europa occidental. Casi 2 millones de
españoles se desplazaron a Francia, Alemania, Suiza, Bélgica y otros países
europeos para desempeñar los trabajos que no querían los nativos. La emigración
trajo consecuencias positivas como la reducción del paro o el ingreso de
las abundantes remesas enviadas por los emigrantes, pero trajo consigo
el desarraigo humano que toda emigración implica y la agudización de
las diferencias de riqueza entre las diversas regiones del país.
Fuerte incremento de la población. A la vez que se reducía la tasa de
mortalidad, la tasa de natalidad se mantuvo en valores muy altos e
incluso aumentó. Para atender las necesidades de esta población creciente el
gobierno no aumentó el gasto público lo que llevó a que los servicios
públicos fueran claramente insuficientes: En el terreno educativo el
número de escuelas e institutos fue muy por detrás de las necesidades de una
creciente población infantil y juvenil. Aunque se crearon algunos enormes
hospitales y desde 1963 aumentaron las prestaciones sanitarias y los sistemas
de pensiones, la cobertura sanitaria siguió estando muy alejada de lo
que requería una sociedad moderna. El crecimiento demográfico provocó
un enorme déficit en vivienda
que trató de resolverse mediante grandes operaciones inmobiliarias en las
ciudades españolas. Estos nuevos barrios nacieron a menudo sin
equipamientos sociales y urbanos básicos.
Creciente
escolarización. Toda la sociedad española quedó escolarizada, con un fuerte
componente ideológico y una enorme influencia de la Iglesia. La
educación quedó dividida por géneros y tomaron mucha fuerza los Frentes de Juventudes: con
sus secciones masculina y femenina, que formaba a las futuras
generaciones del movimiento. A partir de la Ley de 1970, la secularización de
la educación española se irá haciendo de manera lenta pero progresiva.
La sociedad de consumo: Pese a sus limitaciones, el
desarrollo económico propició la aparición de la sociedad de consumo en España.
La extensión del uso de electrodomésticos, dos tercios de los hogares
tenían televisión en 1969, y del coche, un cuarto de las familias
españolas poseía un automóvil ese mismo año, fueron los elementos que mejor
ejemplificaron la nueva sociedad. La sociedad de consumo, caracterizada por el acceso a más información y
por una mayor movilidad, trajo, especialmente entre los más jóvenes, una nueva
mentalidad que chocaba con el tradicionalismo del régimen:
- Progresiva
relajación de la importancia de la Iglesia.
- Nuevos
hábitos de
relación social y nuevas pautas de relación entre ambos sexos.
- Modas,
costumbres e indumentarias que llegaron a través del turismo.
- Influencia
de otras culturas en especial la
norteamericana y la europea occidental. En este sentido, la televisión y
el cine hicieron de plataformas masivas de cambio.
11.3.
La oposición a
la dictadura: principales grupos y evolución en el tiempo. La crisis del franquismo desde 1973 a la
muerte de Franco.
Durante el régimen
franquista se produjeron distintas fuerzas de oposición que tuvieron más o
menos presencia y que fueron evolucionando a medida que el dictador iba
envejeciendo.
Principales grupos de oposición y
evolución en el tiempo.
La República y el exilio
Los dirigentes republicanos huidos del país en 1939 mantuvieron un gobierno de la República en el exilio tratando de mantener la legalidad surgida de la Constitución de 1931. Sus esperanzas estaban depositadas en que la derrota de Hitler supondría la intervención de las tropas aliadas y el fin de la dictadura de Franco. Todas estas esperanzas vinieron a su fin cuando España fue reconocida por los USA en un contexto de la Guerra Fría. España ingresó en la ONU en 1955 dando por terminado el aislamiento internacional del régimen. Tras el reconocimiento internacional al régimen franquista, el gobierno republicano en el exilio siguió, aunque con mucha menor presencia. La sede de dicho gobierno fue París desde 1946.
Los dirigentes republicanos huidos del país en 1939 mantuvieron un gobierno de la República en el exilio tratando de mantener la legalidad surgida de la Constitución de 1931. Sus esperanzas estaban depositadas en que la derrota de Hitler supondría la intervención de las tropas aliadas y el fin de la dictadura de Franco. Todas estas esperanzas vinieron a su fin cuando España fue reconocida por los USA en un contexto de la Guerra Fría. España ingresó en la ONU en 1955 dando por terminado el aislamiento internacional del régimen. Tras el reconocimiento internacional al régimen franquista, el gobierno republicano en el exilio siguió, aunque con mucha menor presencia. La sede de dicho gobierno fue París desde 1946.
Al término de la
guerra civil cerca de 500.000
españoles partieron al exilio, siendo Francia y México sus principales destinos. Los republicanos
españoles afincados en Francia participaron activamente en la lucha contra la
Alemania de Hitler durante la Segunda Guerra Mundial, y varios miles de ellos
fueron enviados a campos de concentración. Al término de la Segunda Guerra
Mundial las esperanzas de los exiliados de que las potencias aliadas
intervinieran para poner fin a la dictadura se vieron defraudadas. Un conato de
invasión republicana por el Valle de Arán en 1944 se saldó con un estrepitoso
fracaso.
Un buen número de
los más brillantes exponentes de la cultura española figuraron entre los
exiliados, como Juan Ramón Jiménez (premio Nobel de Literatura), Pedro Salinas,
Jorge Guillén, Rafael Alberti, Luis Cernuda, Salvador de Madariaga, Ortega y
Gasset o Claudio Sánchez Albornoz.
La guerrilla antifranquista
Según las tropas franquistas fueron ocupando las diferentes regiones del país muchos combatientes republicanos, huyendo de la represión, se "echaron al monte" formando grupos de guerrilleros, los maquis. Las acciones guerrilleras se intensificaron tras la derrota nazi en 1945. Los maquis trataban de colaborar con la anhelada intervención de los aliados en España. La dura represión y el final de las esperanzas de una intervención exterior llevaron a que en 1948 el PCE renunciara a la lucha armada y llamará a los guerrilleros a huir del país. Sin embargo, la lucha de los maquis siguió de forma residual hasta mediados de los 50.
Según las tropas franquistas fueron ocupando las diferentes regiones del país muchos combatientes republicanos, huyendo de la represión, se "echaron al monte" formando grupos de guerrilleros, los maquis. Las acciones guerrilleras se intensificaron tras la derrota nazi en 1945. Los maquis trataban de colaborar con la anhelada intervención de los aliados en España. La dura represión y el final de las esperanzas de una intervención exterior llevaron a que en 1948 el PCE renunciara a la lucha armada y llamará a los guerrilleros a huir del país. Sin embargo, la lucha de los maquis siguió de forma residual hasta mediados de los 50.
Los monárquicos
Conspiraron para
derrocar al dictador y hacer retornar la monarquía en la persona del hijo de
Alfonso XIII, don Juan de Borbón.
En 1943 un grupo nutrido de tenientes generales dirigió una carta a Franco en
la que pedían la restauración de la monarquía. En 1945, era el propio don Juan el que hacía público un manifiesto, solicitando a Franco la
restauración monárquica en su persona. Pero Franco contrarrestó la
actividad de este sector con la Ley de Sucesión y, más tarde, negociando con
don Juan que su hijo don Juan Carlos,
fuera educado en España bajo su supervisión.
Las protestas sociales universitarias
En 1951, el boicot a los tranvías de Barcelona por la subida de tarifas constituyó la primera protesta de masas en la historia del franquismo. En la universidad, las tensiones fueron creciendo en demanda de más libertad en las cátedras y en las aulas. El malestar universitario culminó en los incidentes de la Universidad Complutense de Madrid en 1956 con enfrentamientos entre los estudiantes y los falangistas del SEU (Sindicato de Estudiantes Universitarios). Estos incidentes, que provocaron la dimisión del ministro de Educación Ruiz-Giménez, mostraron la aparición de una nueva generación, formada esencialmente por los hijos de los vencedores, que iniciaba su oposición a la dictadura. Durante las década de los 60 y los 70 el movimiento estudiantil se extendió con fuerza y las protestas estudiantiles alcanzaron una importante repercusión social.
En 1951, el boicot a los tranvías de Barcelona por la subida de tarifas constituyó la primera protesta de masas en la historia del franquismo. En la universidad, las tensiones fueron creciendo en demanda de más libertad en las cátedras y en las aulas. El malestar universitario culminó en los incidentes de la Universidad Complutense de Madrid en 1956 con enfrentamientos entre los estudiantes y los falangistas del SEU (Sindicato de Estudiantes Universitarios). Estos incidentes, que provocaron la dimisión del ministro de Educación Ruiz-Giménez, mostraron la aparición de una nueva generación, formada esencialmente por los hijos de los vencedores, que iniciaba su oposición a la dictadura. Durante las década de los 60 y los 70 el movimiento estudiantil se extendió con fuerza y las protestas estudiantiles alcanzaron una importante repercusión social.
Los partidos y sindicatos de oposición
Los diferentes
grupos políticos y sindicales se adaptaron de diferente forma a la dura
represión del franquismo y a la evolución de la sociedad española. Mientras que
el PSOE se convirtió en un partido débil y dividido entre
sus dirigentes del exilio y del interior, el PCE pasó a
constituirse en el principal partido de la oposición con una
fuerte estructura clandestina. Mientras, los anarquistas, así como los
republicanos, prácticamente desaparecieron.
En el terreno
sindical destaca el nacimiento en 1962 de las Comisiones
Obreras, actual CC.OO. Propiciadas por el
Partido Comunista, se basaron en el aprovechamiento de las fisuras legales que
permitía la legislación franquista y en la infiltración en la Organización
Sindical. Los sindicatos históricos, la
UGT y la CNT, apenas tuvieron presencia durante la dictadura.
Los cambios
sociales y la proximidad de la muerte del dictador facilitaron la extensión de
las actividades de oposición a la dictadura. Diversos movimientos de protesta
confluyeron en el período final del franquismo:
El movimiento obrero, organizado esencialmente en torno a CC.OO. y alentado por el PCE, pasó de las reivindicaciones laborales a la concienciación política antifranquista.
El movimiento obrero, organizado esencialmente en torno a CC.OO. y alentado por el PCE, pasó de las reivindicaciones laborales a la concienciación política antifranquista.
Los movimientos nacionalistas se
reforzaron en diversas capas sociales de Cataluña. En el País Vasco, junto a un
cada vez más influyente PNV, ETA (creada en 1959) fue
acrecentada su protagonismo con sus acciones terroristas.
La
Iglesia.
El Concilio Vaticano II favoreció
la extensión de movimientos católicos de base críticos con el
franquismo (obispo Vicente Enrique Trancón) que colaboraban con los
partidos de oposición y el movimiento obrero. Incluso, sectores influyentes de
la Iglesia Católica mostraron una creciente lejanía respecto a la dictadura.
En definitiva, sin
poder derrumbar al régimen franquista, los movimientos de oposición
consiguieron crear una amplia red social de contestación a la dictadura que
aflorará tras la muerte de Franco y que fue clave para la transición a la
democracia.
La
crisis del Franquismo (1973-75).
Entre 1973 y 1975
se produjo la descomposición del
régimen franquista, motivado, principalmente, por el deterioro físico de Franco
(quien cada vez delegaba más poder de decisión en Carrero Blanco), el distanciamiento,
cada vez mayor de una parte de la
Iglesia (en la persona del cardenal Vicente Enrique y Tarancón)
y la cada vez mayor capacidad
movilizadora de la oposición, además de las acciones terroristas de ETA y del FRAP.
La decadencia
también se evidenció por las tensiones
dentro del régimen entre los inmovilistas,
partidarios de mantener sin cambios el régimen instaurado desde la sublevación
del 36; y los aperturistas, a favor de realizar reformas
que llevasen a una democracia limitada. La parálisis política se agravó a
partir de diciembre del 73
con el asesinato de Carrero Blanco, jefe de Gobierno, por ETA.
En los dos últimos
años de dictadura, Carlos Arias Navarro
fue el elegido como jefe de Gobierno. Su política se caracterizó por una mayor represión, entre otras cosas al
constatarse la existencia de una asociación clandestina de militares
demócratas, la Unión Militar Democrática
(el ejemplo de la revolución de los
claveles de Portugal, que en abril de 1974 había visto como el ejército
acababa con la dictadura. España era la última dictadura de Europa).
La presión de la oposición era muy
intensa en la Universidad, en las grandes fábricas y en los nuevos barrios obreros
de las ciudades. Las manifestaciones y huelgas eran reprimidas con
brutalidad por la policía o la Guardia Civil.
En los 70, las
democracias occidentales acabaron aceptando el régimen, aunque se mantuvo su
exclusión de las instituciones políticas internacionales. La ejecución de cinco
sentencias de muerte para miembros del FRAP y de ETA, en
1975, por parte del Gobierno, produjo
una protesta internacional contra la dictadura. En los últimos días del
franquismo se volvió al aislamiento
internacional y moral de los 40. Franco, reaccionando como en tiempos
pasados, pronunció su último discurso en Madrid, atribuyendo las protestas a
una conjura de los enemigos de España.
Coincidiendo con
la agonía de Franco estalló el problema del Sahara.
Después de 1973, se había constituido el Frente Polisario en defensa de la
independencia saharaui. La ONU había exigido a España un proceso de
descolonización. En 1975, representantes del Gobierno español y del Frente
Polisario se reunieron en Argel para tratar este tema. Aprovechando la
debilidad del Gobierno español y la enfermedad de Franco, Hassán II, rey de Marruecos, vio la oportunidad de anexionarse este
territorio. En octubre tuvo lugar la
Marcha Verde, en la que miles de marroquíes se dirigieron a la frontera del
Sahara. El miedo a una guerra con Marruecos hizo que la dictadura claudicara y
aceptara la anexión del Sahara por parte de Marruecos y Mauritania.
Franco moría el 20 de Noviembre del 75, acabando la
dictadura más larga de la España contemporánea y el país se abría a un destino
incierto.
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