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domingo, 6 de mayo de 2018

12.3 LA INTEGRACIÓN DE ESPAÑA EN EUROPA. CONSECUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES. LA MODERNIZACIÓN DE LAS INFRAESTRUCTURAS. EL PROGRAMA DE CONVERGENCIA Y LA CREACIÓN DEL EURO.



12.3.        La integración de España en Europa. Consecuencias económicas y sociales. La modernización de las infraestructuras. El Programa de Convergencia y la creación del euro.

Introducción
El tratado de Roma se firmó en 1957, con lo que nacía la Comunidad Económica Europea. Desde los años sesenta el gobierno de Franco solicitó la incorporación de España, la gran aspiración de los tecnócratas. Pero la CEE no era un simple acuerdo comercial de supresión de aranceles aduaneros, sino que también incluía la homogeneidad política dentro del sistema democrático, de ahí que solo se consiguieran firmar acuerdos comerciales preferenciales, que hicieron de la CEE el primer cliente de nuestro comercio exterior.
Finalizado el régimen franquista los gobiernos de Suárez y Calvo Sotelo solicitaron el ingreso, pero pronto aparecieron las dificultades; dificultades no ya políticas, sino económicas. Las dificultades aparecieron en la estructura económica española (que chocaba con los intereses europeos, especialmente en agricultura y pesca), en los problemas internos de la Comunidad y en las consecuencias de la crisis del 73. Así la petición estuvo ocho años sin ser admitida.

La integración de España en Europa.
En 1977 Adolfo Suárez solicitó la adhesión de España a la CEE.
En 1978 la Comisión Europea dio su aprobación a las negociaciones de esta adhesión, que se iniciaron en 1979.
Con el primer gobierno de Felipe González y siendo ministro de Asuntos Exteriores Fernando Morán, el 12 de junio de 1985 se firmó el Tratado de Adhesión a las Comunidades Europeas. El 1 de Enero de 1986 nos convertíamos en un país miembro de pleno derecho de la CEE.
Las negociaciones fueron muy difíciles, sobre todo por las reticencias francesas, que estaba presionada por los campesinos franceses. Estas se salvaron por el apoyo de Alemania , que vinculó el aumento de los fondos comunitarios a la entrada de España y Portugal, (tras relacionar Felipe González la entrada en la Comunidad y la OTAN)  y el cambio de postura francesa con la llegada al poder en 1982 del socialista Mitterand (las relaciones con el gobierno socialista entre Francia y España mejoraron mucho, consiguiendo España la colaboración francesa en la lucha contraterrorista).
España tuvo que aceptar unas condiciones excesivamente duras: la Comunidad exigió largos períodos transitorios para aquellos sectores españoles más competitivos o para aquellas cuestiones en las que los miembros de la CEE podían verse perjudicados. Así, la libre circulación de los trabajadores no fue admitida hasta 1993, fecha hasta la que se extendió también la desaparición progresiva de los aranceles para los productos agrícolas generales. El libre comercio de frutas, hortalizas y aceite de oliva se retrasó hasta 1996 y la posibilidad de pescar en caladeros comunitarios se fechó en el 2003. Posteriormente, en la práctica, estos periodos transitorios se acortaron en el tiempo.

Consecuencias económicas y sociales. La modernización de las infraestructuras.
A pesar de los sacrificios requeridos a España para la integración de pleno derecho en la CEE (después Mercado Común y ahora Unión Europea) el balance entre ventajas e inconvenientes ha sido positivo para España. Ya que su incorporación ha supuesto tener que adaptarse a un mercado más competitivo que el español. En ese esfuerzo de adaptación ha conseguido España su definitiva modernidad; y no sólo desde el punto de vista económico. España es hoy un país democrático y un país europeo. Esta afirmación que sacada de contexto puede parecer una obviedad, pero resulta fundamental si la contextualizamos dentro la historia contemporánea de España.
La aceleración del crecimiento económico gracias a la política de ayudas de la UE, pensadas para reducir los desequilibrios socio-económicos entre los países miembros ha sido también de enorme importancia. España ha sido y es receptor de importantes sumas de dinero a través de los fondos estructurales y de cohesión social, (Fondo Europeo de Desarrollo Regional, FEDER; Fondo Social Europeo, FSE …). Estas ayudas han permitido la modernización de las infraestructuras (carreteras, aeropuertos…), la financiación de planes de formación profesional….
La entrada de España en la Europa Comunitaria no ha tenido solo efectos positivos, se tuvo que llevar a cabo una intensa reconversión industrial para que nuestros productos fueran competitivos en Europa y algún sector como el naval ha sufrido una gran crisis. Ello provocó paro y protestas de los sindicatos. El problema del sector pesquero también se agravó con una obligada reconversión de la flota y las negociaciones fallidas con Marruecos. El sector lácteo ha salido muy perjudicado por la cuota lechera. A pesar de todo, el balance de la entrada de España parece positivo a la mayoría de grupos políticos y no se cuestiona, con la excepción de IU.

España en la Unión Europea. El programa de Convergencia y la creación del euro.
Desde su entrada en la CEE España se ha mostrado como un activo socio europeísta participando en la elaboración y firmando todos los acuerdos importantes:
-          Acta Única (1986). Este acuerdo pretendía conseguir un mercado interior real entre los estados miembros, así como un mercado sin fronteras interiores, en la que la libre circulación de mercancías, personas, servicios y capitales estaría garantizada.
-          Tratado de Shengen (1991), de seguridad europea, que suprimió los controles en las fronteras entre los estados firmantes.
-          Tratado de la Unión Europea o Tratado de Maastricht (1992): modificó los acuerdos fundacionales de la CEE y cambio su denominación por la de Unión Europea (UE). Se propuso como objetivo la unión política de forma gradual. Para ello, se acordaron dos sistemas de cooperación intergubernamental: la Política Exterior y de Seguridad Común (PESC) y la Cooperación en Asuntos de Interior y de Justicia (CAJI).
Además, el Tratado propuso una Unión económica y monetaria, la UEM. Su objetivo, completar el mercado único, establecer el Banco Central Europeo y crear una moneda única estable a finales de siglo, con la introducción del euro en los países que cumplieran los criterios de convergencia. Los criterios de convergencia consisten en un conjunto de cinco indicadores económicos y jurídicos destinados a garantizar la convergencia económica entre los países interesados no pertenecientes a la zona del euro y los Estados miembros que sí pertenecen a la misma. Los criterios incluyen la estabilidad de los precios, unas finanzas públicas saneadas y sostenibles, el tipo de interés a largo plazo y la estabilidad del tipo de cambio. En 1998, bajo el gobierno del PP, presidido por Aznar, España consiguió cumplir estos criterios, integrándose en la Unión Monetaria. En 1999 España adoptó el euro, los billetes y las monedas de la nueva moneda única empezaron a circular en 2002, sustituyendo a las divisas nacionales (marco alemán, franco francés, peseta española, etc.) en doce países europeos. En la actualidad, el número de países de la UE que integran la «eurozona», o «zona del euro», ha pasado de 12 a 19.
-           Tratado de Niza (2003), reformó las instituciones comunitarias.
España ha manifestado igualmente su respaldo a los procesos de ampliación de la Unión hacia la Europa del norte y del este, hasta llegar a los 27 estados que la componen actualmente.
Tras el fracaso del intento de aprobar el Tratado Constitucional, la crisis económica de 2008 o el Brexit, el futuro de la Unión Europea parece incierto.

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