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lunes, 15 de enero de 2018

6.1. EL REINADO DE ISABEL II (1833-1868): LA PRIMERA GUERRA CARLISTA. EVOLUCIÓN POLÍTICA, PARTIDOS Y CONFLICTOS. EL ESTATUTO REAL DE 1834 Y LAS CONSTITUCIONES DE 1837 Y 1845.


6.1.         El reinado de Isabel II (1833-1868): la primera guerra carlista. Evolución política, partidos y conflictos. El Estatuto Real de 1834 y las Constituciones de 1837 y 1845. 

A.LAS GUERRAS CARLISTAS:I GUERRA CARLISTA (1833-40).
LAS GUERRAS CARLISTAS son guerras civiles que se producen en el tránsito entre el Antiguo Régimen y el Liberalismo en España. Podemos definir el CARLISMO como un movimiento antiliberal y contrarrevolucionario que se desarrolla en España desde comienzos del siglo XIX como reacción a la implantación del sistema liberal. La  consolidación del modelo liberal se producirá progresivamente a lo largo del reinado de Isabel II (1833-1868) y lo hizo mediante un largo conflicto contra las fuerzas del Antiguo Régimen. Durante el reinado de Isabel II se dieron dos guerras carlistas:
  1. PRIMERA GUERRA CARLISTA (1833-1840).
  2. SEGUNDA GUERRA CARLISTA (1846-49) que tuvo lugar en Cataluña debido al fracaso de la proyectada boda entre la reina Isabel y el pretendiente carlista (Carlos IV), ya con Narváez como presidente y con el sistema liberal asentado. Fue menos importante.
Las causas de estos enfrentamientos se puede sintetizar en:
a)                 La cuestión sucesoria. En 1830 nace Isabel II, única hija del monarca. Hasta la fecha, el heredero legítimo del trono español había sido el hermano del monarca, Carlos María Isidro. En 1833, Fernando VII optó por la abolición de la Ley Sálica que impedía a las mujeres. Esta medida se amparaba legalmente en la Pragmática Sanción (permitía reinar a las infantas), promulgada en tiempos de Carlos III (1783) pero no hecha oficial. Desde ese mismo momento los carlistas cuestionaron la legitimidad de Isabel como reina y la de su madre Mª Cristina como regente, esgrimiendo como argumento de peso que no consideraban derogada la citada Ley Sálica.

b)                 El enfrentamiento ideológico y cuestión foral.  Se trataba de dos modelos distintos de entender la organización de España:

1.                  El carlismo representaba a los sectores más conservadores del país y muchos de sus integrantes, habían engrosado en fechas anteriores las filas de los realistas exaltados o apostólicos. Políticamente eran absolutistas reaccionarios que se regían por el lema “Dios, Patria y Rey”. Defendían el Antiguo Régimen, las instituciones y fueros tradicionales, la religión católica, la  Iglesia, el tradicionalismo, una sociedad más rural y estamental y la monarquía de origen divino.

2.    Los liberales también conocidos entonces como isabelinos o cristinos (María Cristina se llamaba la madre de la reina y regente), eran partidarios del liberalismo, así como de la laicización y la uniformidad territorial (fin de fueros y autogobiernos). La preservación de los privilegios forales chocaba frontalmente con la política centralizadora del régimen liberal. Pretendían la modernización del país y el desmantelamiento del Antiguo Régimen.


Bandos de la Guerra.

-Por parte del bando carlista. A nivel nacional, los carlistas recibieron el apoyo de: campesinos, especialmente pequeños propietarios que temían convertirse en jornaleros de grandes terratenientes; parte de la alta nobleza del norte de España opuesta a la desaparición de los mayorazgos; sectores más conservadores de la Iglesia y contrarios a la desamortización; grupos de artesanos temerosos ante la desaparición de los gremios; algunos oficiales del ejército y diversas áreas rurales especialmente del País Vasco, Navarra, norte de Cataluña y zona del Maestrazgo. En el exterior no contaron con el apoyo de ningún país, pero sí con las simpatías de Rusia, Austria e incluso los Estados Pontificios.
-Por parte del bando isabelino. A nivel interno, contaron con la colaboración de: grandes ciudades, parte de la nobleza y mayor parte del ejército; burguesía; trabajadores urbanos; altas jerarquías eclesiásticas; baja nobleza y campesinado del centro y sur del país. A nivel internacional, obtuvieron la ayuda de los estados más próximos, es decir, Francia, Portugal y Reino Unido.
Fases de la I Guerra carlista (1833-40).
Fernando VII murió el 29 de septiembre de 1833, dos días después, su hermano Carlos María Isidro, a través del Manifiesto de Abrantes, reclamaba el trono desde Portugal con el nombre de Carlos V.
A lo largo de sus siete años de duración podemos distinguir hasta 4 fases marcadas por la considerable cifra de muertos, hasta 200.000 según algunas fuentes:
1. La formación del foco de insurrección vasconavarro (1833-35); en la que los carlistas intentaron sin éxito provocar una revuelta en todo el país. Su fracaso condujo a una guerra civil en la que los carlistas se hicieron fuertes en País Vasco y Navarra de la mano de su coronel Zumalacárregui (que muere en la toma de Bilbao). No obstante, las tropas carlistas no lograron ocupar ni las capitales vascas ni Pamplona, hecho que sin duda les restó empuje.
2. Las expediciones nacionales (1836-37); al frente del general Cabrera, los carlistas intentarán lanzar incursiones fuera de los núcleos que controlaban hacia Andalucía, La Mancha y Extremadura (expedición Gómez). Asimismo, el ejército carlista fracasará de nuevo en su intento de tomar Bilbao.
3. La iniciativa isabelina y el Convenio de Vergara (1837-39); los isabelinos toman la iniciativa de la mano del general Espartero y los carlistas, fundamentalmente los afines al general Maroto, se muestran cada vez más partidarios de alcanzar la paz. Esta se materializó a través del Convenio de Vergara celebrado entre Espartero y Maroto, el cual supuso el fin de las hostilidades en el País Vasco y Navarra, la incorporación de los militares carlistas al ejército isabelino sin degradación alguna y la promesa isabelina de remitir la cuestión foral a Cortes para su discusión. Carlos María Isidro, contrario al pacto, se exilió a Francia.
4. El final de la guerra en el Maestrazgo (1839-40); los enfrentamientos se extendieron algunos meses más en la zona del Maestrazgo, donde el general Cabrera mostró su rechazo hacia el abrazo de Vergara. Finalmente este último pondrá fin a la resistencia carlista en julio de 1840, los últimos combatientes carlistas se vieron obligados a cruzar los Pirineos con destino a Francia.

Consecuencias.

Aparte de las numerosas bajas, destrucción de infraestructuras, retraso en la adopción de medidas y reformas necesarias para el país, la derrota de los carlistas supone la implantación definitiva del sistema liberal en el conjunto de los territorios hispanos. No obstante, durante un cierto tiempo, el Estado respetó, disminuidos, los fueros vasco-navarros hasta su definitiva anulación en 1876.

El carlismo derivó en varias corrientes:

  • Una el TRADICIONALISMO, como forma de lucha frente a la sociedad liberal-democrática.
  • El NACIONALISMO O REGIONALISMO español, aún presente hoy en día, se nutre de la lucha del FORALISMO (nacionalismo periférico) frente al UNIFORMISMO liberal (unidad de España).

b. Evolución política: Partidos y conflictos. El Estatuto Real de 1834. Constitución de 1837 y 1845.

A nivel político, el reinado de Isabel II (1833-68) se divide en 2 grandes periodos:

1). MINORÍA DE EDAD: LAS REGENCIAS (1833-1843)

La regencia de Mª Cristina (1833-1840), se inicia con la fase moderada (1833-1835), transición entre el Estado absolutista de Fernando VII y el liberal de Isabel II, con reformistas como Cea Bermúdez. Ante la necesidad de apoyos, llamó a Martínez de la Rosa, liberal moderado. Se elaboró el ESTATUTO REAL (1834). La insurrección en 1835 llevó a la revolución liberal (1835-1840). Mendizábal como presidente, tomó medidas para desmantelar el Antiguo Régimen: libertad de imprenta, Ley de supresión de conventos y Decreto de Desamortización de los bienes del clero regular. Estas medidas provocaron su destitución. La regente intentó volver al moderantismo, lo que provocó el pronunciamiento en la Granja; entregando el Gobierno a los progresistas y restableciendo la Constitución de 1812. El gobierno progresista de Calatrava(con Mendizábal como hombre fuerte) eliminó el régimen señorial, el mayorazgo y el diezmo, restableció la Ley Municipal y se redactó la CONSTITUCIÓN DE 1837. En  1840, Espartero da un golpe de Estado que provoca la salida de Mª Cristina.

La Regencia de Espartero (1840-43). Tras el ministerio-regencia de Espartero, en 1841 las Cortes lo eligieron regente. Durante la regencia de Espartero su autoritarismo (llegó a bombardear Barcelona) suscitó la oposición de progresistas y militares. Moderados y progresistas organizaron un pronunciamiento liderado por Narváez, que le obligó a dimitir.          


2). ISABEL II  (1843-1868)

Las Cortes proclaman la mayoría de edad de Isabel II con solo trece años, iniciando el reinado efectivo (1843-1868). Se dividió en 3 fases:

En la Década moderada (1844-1854), Narváez, hombre fuerte de la reina,  acometió distintas medidas: Suprimió la Milicia Nacional y creó la Guardia Civil (1844); promulga la CONSTITUCIÓN DE 1845, control de la Administración provincial y local; nuevo Código Civil y Penal; Reforma fiscal; y Concordato de 1851. Con el aumento del autoritarismo se funda el Partido Demócrata (1849), ala más radical del partido progresista. Reivindican el sufragio universal, Cortes unicamerales, libertad religiosa, instrucción primaria gratuita e intervención del Estado en ámbitos sociales. La suspensión de las de las Cortes 1854 aumentó el descontento.

El Bienio progresista (1854-1856), comienza con el pronunciamiento del general O´Donnell en Vicálvaro (Vicalvarada). En su retirada, se le une el general Serrano, y proclaman el Manifiesto de Manzanares. Isabel II encargó gobierno a Espartero. Restaura: Ley de Imprenta, Ley Electoral y Milicia Nacional. Elaboran la Constitución de 1856, non-nata (no nacida). En economía aprobó la Desamortización de Madoz (1855) de bienes eclesiásticos, municipales y del Estado; Ley de Ferrocarriles (1855), Ley Bancaria (1856). La crisis económica le hizo dimitir.

La Unión Liberal (1856-1868) se alternan moderados y Unión Liberal (partido liberal surgido de los moderados que acogía a progresistas). O´Donnell, con su partido la Unión Liberal, intentaba establecer un liberalismo centrista (ala derecha progresista y ala izquierda moderada); devolvería España el prestigio internacional. Narváez con los moderados se enfrentó a la sublevación de los sargentos del cuartel de S. Gil y al Pacto de Ostende (progresistas, demócratas y republicanos, querían destronar a la reina y convocar Cortes Constituyentes). La muerte de Narváez y O´Donnell, aisló a la reina. En septiembre de 1868 los generales Prim y Topete inician la sublevación “La Gloriosa”, dirigida por Serrano que provocó la caída de Isabel II y abrió la esperanza de un régimen democrático.

En este periodo se produce la ruptura definitiva dentro del liberalismo español entre los bandos:

-          Moderados: buscan una centralización del poder controlando las instituciones, dando más poder a la corona, haciendo una política económica proteccionista y el control de algunos derechos individuales, como la libertad de prensa. Pretenden el sufragio censitario y el Estado confesional católico. Busca acuerdos con las fuerzas del Antiguo Régimen. Son poco amigo de las desamortizaciones. Sus líderes serán los generales Narváez, O’Donnell y Serrano. Contaron con el favor de la reina y ocuparon el poder durante la mayoría de su reinado.

-          Progresistas: dan mayor libertad de autogobierno a regiones y ayuntamiento, dan más poder a las cortes, quieren economía librecambista y ampliación de  derechos individuales. Además, defienden el sufragio universal masculino, el Estado aconfesional y las desamortizaciones de las tierras muertas o improductivas. Destacamos a políticos como Mendizábal, el Espartero Y Prim. Tuvieron que dar golpes de Estado (pronunciamientos) para conseguir el poder, debido a que los sistemas electorales favorecían siempre a los moderados.

En ambas tendencias liberales, los militares ocuparon los cargos de mayor responsabilidad de los dos partidos y se proliferaron a lo largo de este reinado, numerosos pronunciamientos militares. Estos militares, eran liberales, no golpistas, pretendían imponer su ideología liberal cuando las cosas en España no funcionaban.

Durante el reinado de Isabel II se elaboraron una serie de constituciones que ponen las bases jurídicas de un liberalismo en España. De ellas, podemos destacar el Estatuto Real de 1834 y las Constituciones  de 1837 y 1845. El ER del 34 es de carácter moderada, como la C45, mientras que la C37 es progresista aunque con matices moderados, mezclando aspectos del ER34 y la C12.


Aprobado en abril de 1834.Se trataba de una especie de carta otorgada que reconocía la igualdad ante la ley de los ciudadanos pero concentraba todo el poder en el rey-reina. Era una especie de Constitución sin llegar a serlo, que poner las bases jurídicas del país. Tenía 50 artículos, estableciendo en ellos unas Cortes bicamerales (2 cámaras) en donde la Corona, tenía mayor poder y se excluía el concepto de soberanía nacional.

Las cámaras se dividían de la siguiente forma
-El Senado: Formado por la nobleza y el clero más los ricos burgueses, los senadores tenían puestos vitalicios y eran nombrados o propuestos por la reina. Constituían la elite de la sociedad española y estaban más cercanos a tesis muy moderadas.
-El Congreso: Elegidos por sufragio censitario indirecto (por preselección), solo podían votar al congreso, aquellos que alcanzaban una renta mínima anual. En realidad, solo podían votar un 1% de la población española.



En junio de 1837, con el gobierno de Mendizábal, se crea una nueva Constitución de base progresista pero con importantes matices moderados. Pese a tener mayoría en las Cortes, los progresistas decidieron pactar concesiones políticas moderadas las siguientes características:
  -Reconocimiento de la soberanía nacional
  -Reforzamiento del poder ejecutivo (Corona) con respecto al poder legislativo (Cortes)
  -Bicameralismo, dividido en dos cámaras: Congreso de sufragio censitario(solo 5% votaban) y el Senado con miembros elegidos por la reina.
  -Declaración de los derechos individuales. Con libertad de prensa sin censura pero con Estado Confesional católico.
  -La corona nombra a sus ministros que pueden ser censurados por las Cortes.
Además de la C37, se elimina por completo todos los vestigios del antiguo Régimen (Inquisición, derechos señoriales, gremios, mayorazgo, etc.).



Se redacta una nueva constitución, ya con la mayoría de edad de la reina, la de 1845, que tiene las siguientes características: soberanía compartida entre la corona y las cortes, limitación del poder de las cortes a favor de la corona, sufragio censitario, reducción de los derechos individuales, reconocimiento del catolicismo como religión oficial, bicameralismo (senado elegido por la reina y congreso por sufragio censitario).De carácter moderado, se diferencia de la de 1837 en una serie de aspectos esenciales: Soberanía compartida del Rey y las Cortes. Esto se concreta en un poder legislativo compartido por ambas instituciones y en una clara preeminencia de la Corona en el proceso político. Recorte de los derechos individuales, especialmente la libertad de expresión.

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